Atlético Nacional visto desde los números no tiene discusión: cinco victorias y un empate para mantenerse sólido en el primer lugar de la tabla con 16 puntos, 10 goles a favor y apenas 2 en contra. Hasta ahí, un frío análisis de lo que ha sido el Verde en el segundo semestre, pero al volver a enfocarse en las formas, hay pozos.
Tantos pozos como los vistos en la cancha del Polideportivo Sur, luego de un torrencial aguacero que afectó el antes y durante del partido. En el que fue, sin duda, su peor partido hasta ahora, Nacional se vio superado por un Quindío valiente y aguerrido que no sintió la derrota ante Bucaramanga, ni la condición de visitante.
En lo corrido del campeonato, el equipo de Alejandro Restrepo no ha sido vistoso, pero sí efectivo. Inicios de partidos con posesión, dominio y goles, para luego bajar dos cambios y en algunas ocasiones, terminar sufriendo el remate del juego. Hoy se evidenció más que antes, frente a un rival que arribó de la segunda división y lo dominó durante todo el segundo tiempo, algo que sin dudas debe representar una alarma importante para los antioqueños.
La permisividad defensiva, la nula salida de los laterales para asociarse con los extremos, la desconexión en el medio campo y la falta de chispa en el ataque, definieron al Nacional ganador ante Quindío, beneficiado por un grosero error arbitral para redondear la floja presentación.
En lo positivo para rescatar, una victoria más con la base nominal ya conocida casi de memoria, con muy pocos cambios entre juego y juego, para ir asegurando una clasificación que se hace más que necesaria para adelantarse al calendario y poder dividir fuerzas entre Liga y Copa de manera convincente.
