Alexia Putellas toma una decisión clave mientras el PSG busca activar su cláusula de rescisión

Según Sport, Putellas ha dejado claro a la directiva del Barça que su futuro sigue estando en el club, no en París. No tiene intención de abandonar el equipo donde pasó de ser un talento de la academia a convertirse en un ícono global, y ha comunicado directamente esta postura a los responsables del Camp Nou. Para Putellas, el apego al club es demasiado fuerte. Se siente aún en la cima de su carrera y, con su contrato vigente hasta junio de 2026 —con opción a un año más—, está decidida a seguir sumando trofeos con los colores blaugranas.

Putellas no se queda solo por comodidad. Según fuentes cercanas, hay un fuego en su interior tras la desilusión de la pasada temporada en la final de la Champions League, donde el Barcelona no logró recuperar la corona frente al Arsenal. Está decidida a borrar esa espina y traer el trofeo de vuelta a Cataluña. Su motivación va más allá de seguir ganando: quiere liderar.

Dentro del vestuario del Barça, hay poco interés en siquiera contemplar el enfoque del PSG. Para jugadores y cuerpo técnico, perder a Putellas no sería solo perder a una mediocampista: sería arrancar el corazón del equipo. Sus compañeros la consideran el pegamento que mantiene unida a la plantilla. Su influencia, tanto táctica dentro del campo como emocional fuera de él, es vista como insustituible.

En la sala de juntas, sin embargo, el debate ha sido más complicado. Catalunya Radio reveló que algunos ejecutivos reconocieron en privado que la cláusula de 1.1 millones de euros podría ofrecer un considerable impulso financiero en un momento en que los clubes de toda Europa están bajo presión para equilibrar sus cuentas. Pero incluso esos leves murmullos de tentación financiera han sido ahogados por el sentimiento abrumador de que ella no debería ser vendida.