Maxi Zalazar: la historia del pibe de Boca que pudo irse libre y que terminó llorando de felicidad en su debut

Boca derrotó a Lanús, llegó a su quinta victoria consecutiva y se trepó a lo más alto de la Liga Profesional. Pero fuera de las grandes luces de lo conseguido por el equipo de Hugo Ibarra, hay una historia que también reluce y que tiene como protagonista a Maximiliano Zalazar. El juvenil del Xeneize tuvo su esperado debut durante este encuentro, uno que culminó con él arrodillado en el piso llorando y sin poder contener la emoción de lo que acaba de vivir.

Captura de Boca y su Mundo

El llanto de Zalazar no es simplemente el de un chico que cumple un objetivo, o el que pudo tener alguno de los otros 26 juveniles que tuvieron su primera vez con Boca en la gestión de Riquelme. Para entender el peso de sus lágrimas hay que retroceder en el tiempo hasta el año 2019. En aquella época el delantero brillaba en las inferiores de Boca, lo que provocó que el seleccionado juvenil de Argentina lo citara al Cotif L'Alcudia. Su momento despertó el interés los ojeadores del Inter de Brasil, que sabiendo que el delantero no tenía contrato, le ofrecieron uno para que se vaya por dos años a jugar allá.

Zalazar tuvo la chance de irse a Brasil sin dejarle nada a Boca por su situación. Aún así, el chico decidió ir a hablar con Nicolás Burdisso para que el club tuviera notificación de lo que estaba sucediendo. El que por entonces ocupaba el lugar del mánager tuvo una decisión polémica tras escucharlo: rechazó la propuesta del Inter y no le firmó contrato al juvenil. De esa manera, en un mismo movimiento se le privó de dos opciones para que pueda tener un ingreso económico.

Aún con el desplante de Boca, y con su madre atravesando un tema delicado de salud, Zalazar se quedó en el club. A fines de ese año estuvieron las elecciones, cambio de dirigencia y con ello llegó el Consejo de Fútbol. El juvenil en ese momento pudo haberse ido libre pero pidió otra reunión, en la que esta vez tuvo una respuesta totalmente opuesta a la que había recibido meses atrás: el club destacó su gesto, le hizo contrato y lo dejo ir a préstamo por un año y medio al Inter de Brasil.

Luego de su experiencia en el extranjero le tocó retornar a Boca. Maxi Zalazar fue clave en la segunda mitad del 2021 para que la reserva que dirigía Hugo Ibarra volviera a ganar un título luego de una década en esa categoría. En este año aparecieron varios lesionados en su puesto, el club decidió renovarle el contrato, lo llevó al banco contra Colón y, con el Negro como entrenador, le tocó la hora de tener su esperado debut ante Lanús.

Más allá que tuvo un buen ingreso y que Nicolás Pasquini evitó que también marcara un gol, las lágrimas de Maxi Zalazar fueron las chico que en su peor momento eligió ir en contra de lo que suele suceder en un fútbol tan hiper profesional. Con tal de evitar irse mal de Boca dejó el dinero de lado, esperó, se fue a Brasil, volvió, la peleó en la reserva y llegó un debut en primera en el que su llanto fue la explosión de múltiples emociones y recuerdos. Le costó tres años poder cumplir su sueño de jugar en el club que ama, pero lo hizo con sacrificio y sumó una victoria para el espíritu amateur y para todos aquellos jugadores que aún tienen la identidad como bandera.