¡No hay más lugar para desilusiones! Para el Atlético de Madrid es ahora o nunca en la Champions League

Pocas estadísticas muestran con tanta claridad la influencia que tuvo Simeone para cambiar la historia del Atleti como sus participaciones en la Champions League: hasta la llegada del Cholo, el Colchonero había disputado solo ocho veces la máxima competición europea desde su creación en 1955-56, mientras que con el argentino en el banquillo, ya son 12 años consecutivos sin faltar una sola vez.

La única temporada de la Era Simeone en que equipo rojiblanco no participó de la Liga de Campeones fue en 2012-13: el entrenador sólo estuvo al frente del equipo durante medio curso en 2011-12 y quedarse a sólo dos puntos de los puestos de clasificación en LaLiga. Con la reglamentación actual, sin embargo, sí habría tenido su plaza por haber ganado la Europa League.

A pesar de esa constancia, cuando se piensa en el Atlético del Cholo en la Champions, irremediablemente las dos grandes imágenes que vienen en mente tienen un tinte amargo. Primero está aquel cabezazo de Sergio Ramos en el minuto 93 en el estadio da Luz de Lisboa que llevó a tiempo extra la final de la temporada 2013-14 y abrió la puerta a la Décima del Real Madrid tras el 4-1 en la prórroga. Y luego aparece el penalti fallado por Juanfran en San Siro, para perder por segunda vez en tres años la final de la competición contra el rival de toda la vida.

Sin embargo, esas no fueron las únicas notas dolorosas: el gol de Chicharito Hernández en 2014-15 que marcó una nueva derrota con el Madrid, esta vez en cuartos de final; la inapelable caída en semifinales frente al club blanco en 2016-17; los goles sobre el final de Cristiano Ronaldo en Turín en 2018-19 y del RB Leipzig en la burbuja de Lisboa en 2019-20; o las paradas de Ederson que sostuvieron al Manchester City en el Metropolitano en 2021-22 todavía resuenan en el sentir rojiblanco...

Incluso la temporada pasada, cuando el Colchonero logró remontar dos goles de desventaja en el Signal Iduna Park y quedó arriba en la serie contra el Borussia Dortmund a 20 minutos del final, aparecieron otra vez los fantasmas y el equipo alemán marcó por duplicado en tres minutos y dejó a los de Simeone con las manos vacías.

De esta manera, si bien el Atlético lleva 12 años consecutivos de competencia de tú a tú con cualquier rival de la élite, ya son 7 las temporadas en fila donde el techo queda instalado en los cuartos de final. Y en el Metropolitano sienten que ya es tiempo de romperlo.

La dolorosa eliminación a manos del BVB en Europa no fue la nota más baja de la temporada pasada para el Atleti, que por primera vez desde 2011-12 terminó por fuera del Top 3 en LaLiga y también cayó contra el Athletic Club en las semifinales de la Copa del Rey con un inapelable 0-4 en el global.

Los resultados y el rendimiento del equipo llevaron a lo que parecía impensado: la grada comenzó a dudar de Simeone. Muchas veces cuestionado en la prensa por su mentalidad defensiva y su discurso pragmatista, el Cholo siempre había tenido al aficionado rojiblanco a pie de trinchera para defenderle. Pero en 2023-24 los argumentos comenzaron a agrietarse, con un Colchonero que no daba garantías desde el juego y, muchísimo menos, desde los resultados.

Las críticas se magnificaron, además, porque a mitad del curso el club había decidido dar un enorme voto de confianza al entrenador y le renovó el contrato -que vencía a mediados de este año- hasta junio de 2027, para convertirlo potencialmente en el técnico más longevo de la historia de España. Hasta ahora el récord es de Miguel Muñoz, que estuvo 13 temporadas y media al frente del Real Madrid: si el argentino cumple su vínculo llegará a las 15 y media.

Este año, además, se suma otro factor de presión para el Cholo, luego de la millonaria inversión en fichajes que realizó el club en el verano.

Con el objetivo de recuperar el terreno perdido, el Atlético de Madrid se convirtió en uno de los actores principales del mercado de fichajes recientemente finalizado, con una inversión cercana a los 200 millones de euros para incorporar de manera definitiva a cuatro futbolistas y sumar cedidos a otros dos.

La búsqueda del club fue clara y la apuesta fue por fichar jugadores en todas las líneas, para que aportaran un valor agregado a la plantilla y que pudieran ser parte del once inicial de inmediato.

Por coste y marquesina, la principal contratación fue la de Julián Álvarez, el segundo fichaje más caro de la historia del club: un jugador joven, con mucho potencial y que ya es campeón del mundo y de Champions League. Pero eso no significa que el resto de los fichajes no hayan sido debidamente planeados.

Robin Le Normand llegó desde la Real Sociedad establecido como uno de los mejores centrales de LaLiga y con el puesto bien ganado en el once inicial de la Selección española. Conor Gallagher arribó tras ser uno de los pocos jugadores del Chelsea que no sacó un aplazo en las últimas dos temporadas y tiene una edad ideal para terminar de establecerse como un centrocampista de primer nivel europeo. Alexander Sorloth es un killer probado en Primera División. Y Juan Musso aporta la tranquilidad de saber que hay un portero de las mismas garantías de Oblak cuando el esloveno no esté disponible. La llegada de Clement Lenglet, en tanto, hace más extenso el recambio en una defensa que la temporada pasada sufrió mucho por las lesiones.

Con la plantilla sin dudas mejorada respecto al último curso, el Atleti sabe que debe ser protagonista en el continente.

El nuevo formato de la Champions League tiene a todo el mundo desconcertado y todavía nadie tiene muy claro cómo resultará el sistema de la fase de liga. Sin embargo, a priori, el Atleti sabe que es uno de los clubes que mejor parado salió del sorteo y que asoma como uno de los claros favoritos para quedar entre los primeros ocho y clasificarse de manera directa a los octavos de final sin tener que pasar por el playoff de febrero.

En el Bombo 1, el equipo rojiblanco quedó emparejado contra los dos rivales que menos miedo metían: un RB Leipzig que será el adversario del estreno y que sin dudas era el de menor pedigrí de los ocho posibles y el devaluadísimo Paris Saint-Germain de Luis Enrique, que está en pleno proceso de reconstrucción tras la salida de Kylian Mbappé.

El Bombo 2, al que pertenecía la bolilla rojiblanca, dejó un difícil cruce con el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso, aunque con el aliciente de que será en casa, y una visita a un Benfica que entró a la competición casi por la ventana gracias al título del Atalanta en la Europa League.

En el Bombo 3 fue donde peor fortuna tuvo el Colchonero, que si bien evitó al campeón portugués Sporting de Lisboa, deberá jugar contra un Lille que se abrió camino con solvencia desde las fases previas y tendrá que visitar a un RB Salzburgo que siempre puede complicar con su plantilla de jóvenes talentos.

Por último, el Bombo 4 le dejó el mejor sabor de boca posible al equipo de Simeone, que podría haber tenido en suerte cruces contra el Bologna, el Aston Villa o el Stuttgart, pero en cambio deberá jugar contra el Sparta de Praga y el Slovan Bratislava.

En definitiva, ocho partidos en los que, de mínima, está a la par de su rival y, de máxima, es amplio favorito para quedarse con la victoria. Claro que la historia verdaderamente comenzará una vez que se inicien las fases eliminatorias.

Pero la sensación es que para los del Cholo es ahora o nunca.