El Real Madrid recibe este domingo al Villarreal, y lo hará sin Gareth Bale en la lista de convocados. Zidane le ha dejado fuera por decisión técnica, en una medida tan sorprendente como palmaria. El francés no cuenta con el galés, y esta es la última y más clara escenificación de que la ruptura es un hecho. Ruptura con el público madridista, con el club, y también con el entrenador, que este sábado rehusó hasta en tres ocasiones a defenderle públicamente en rueda de prensa. Comienza la cuenta atrás para la salida del que opositaba a ser el heredero de Cristiano Ronaldo.
Esta decisión llega apenas seis días después de la ‘espantada’ de Bale en Vallecas. El Real Madrid perdió 1-0 ante uno de los colistas sin apenas haber ofrecido resistencia alguna, lo que provocó la ira de Zidane en rueda de prensa, que incluso pidió perdón a la afición por la imagen dada. Irónicamente, apenas cinco minutos después de esa comparecencia, y ante los ojos de medios y aficionados, Gareth Bale no se subía al autobús blanco para tomar un avión privado y así empezar cuanto antes los dos días y medio de vacaciones que les había concedido el técnico. Una imagen que, aun con permiso del club, chirrió sobremanera.
No fue, sin embargo, la única imagen esta temporada que habla a las claras de la desconexión de Bale para con el proyecto madridista. El público del Santiago Bernabéu ya le brindó una sonora pitada en su último partido de local, poco después de que su agente se desmarcara diciendo que la afición le debía besar los pies. En el Ciutat de Levante no celebró un gol (después de haber sido suplente). Y ante la Real Sociedad (con 0-1 en el marcador) se marchó del Santiago Bernabéu doce minutos antes de que terminara el partido. Como puede verse, todos los caminos conducen a la salida del galés.