Mientras en la cancha del Nacional se disputa el fútbol con normalidad entre Universidad de Chile y Curicó Unido, desde las afueras de la Galería Sur, hacia dentro, Carabineros apuntó su guanaco y lanzó agua y bombas lacrimógenas a la barra, que salió a enfrentarlos en el contexto de una semana en la que un miembro de la Policía chilena atropelló y dio muerte a un hincha de Colo Colo, situación que derivó en la suspensión del Coquimbo-Audax por una invasión de campo de Piratas que aludieron a "calles con sangre, canchas sin fútbol".
En las inmediaciones del coloso de Ñuñoa se replicó la dinámica, pero añadiendo barricadas de parte de un grupo que no quiere el regreso del fútbol mientras se mantenga la crisis social y de Derechos Humanos que vive Chile. Carabineros respondió con bombas lacrimógenas y agua y tanto los asistentes al partido como los vecinos deben lidiar con olores desagradables de los gases tóxicos que lanzan. Se reportaron niños que no aguantaron las condiciones y debieron abandonar el evento.
Como respuesta al actuar de la Policía, se mantuvieron los cánticos en contra del Gobierno de Sebastián Piñera durante toda la jornada y hubo personas que intentaron invadir la cancha pero equipos de Fuerzas Especiales, con el campo cercado por altas vallas, lo impidieron. Goleó la U pero no todo fue color de rosa.