Enzo Perez Marcelo Gallardo River Aldosivi Torneo Liga Profesional 26082021Getty Images

Un desahogo, un abrazo, una señal: River volvió al torneo local

A lo largo de estos siete años al frente del equipo, Marcelo Gallardo ha dirigido a infinidad de grandes futbolistas, de los cuales logró sacar su mejor versión para alcanzar la gloria. Pero a la hora de elegir a uno que represente el corazón del ciclo, el nombre no da lugar a la discusión: Enzo Nicolás Pérez. A veces cerebro, otras veces ejecución, pero siempre el motor del mediocampo. Por eso, su gol y especialmente su festejo es mucho más que una celebración.

Inmediatamente después de mandar a la red, de cabeza, un centro preciso de Milton Casco, el 24 experimentó un mundo de sensaciones: salió caminando con cara de pocos amigos, mandó a la tribuna una pelota que estaba junto a los carteles, comenzó una carrera con la lengua afuera y finalizó en los brazos del Muñeco, en un abrazo de cuerpo y alma.

En Núñez dura la bronca por la forma en la que la triple competencia se transformó en una sola, eliminado por Boca y bailado por Atlético Mineiro. De hecho, tardó en reponerse de ese 1-2 de derrotas. Ahora, todo lo que queda en el semestre es el Torneo de la Liga Profesional. Y nada mejor que clausurar el tema continuidad del técnico que con un respaldo ante los ojos de todos los que intentan analizar qué decisión tomará, con cuatro meses de competencia por delante.

Después del partido ante Gimnasia, se habló del dominio sin profundidad. De tener la pelota, de controlar el partido pero no saber de qué manera lastimar. La respuesta del Muñeco también fue evidente: sumar un defensor para ser más vertical, liberando a Casco y Vigo, ambos de gran partido, además de apostar a Julián Álvarez, la figura del partido pese a la ejecución infantil del penal, para que flote por todo el frente de ataque y rote posiciones con Suárez. 

Está claro que la expulsión de Coloccini condicionó a Aldosivi, que llegaba al Monumental con la ilusión de ser puntero pero se cruzó con un equipo que, inspirado, no da lugar a poder desarrollar ninguna idea. Así, Devecchi terminó como figura que evitó una goleada.

River necesitaba ganar. Por lo que pasó, para acomodarse y para la difícil semana que vendrá, con seis jugadores menos por convocatorias y una formación para rearmar con lo que quede. Enzo lo festejó como se debía festejar, dejando el pasado donde debe quedarse y con el apoyo total a quien más lo merece.

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