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Vinicius Ter Stegen Real Madrid Barcelona Copa del Rey 27022019Getty

Real Madrid: una hora de ensueño y un resultado de pesadilla

OPINIÓN

El Real Madrid se queda ya sólo aferrado a la Champions League después de una eliminación dolorosísima en Copa a manos de un Barcelona que se marchó del Santiago Bernabéu con un 0-3 conseguido con apenas tres ocasiones. El Real Madrid puso el juego, el corazón y las ocasiones. Lo puso todo… menos el gol. Si Vinicius hubiera tenido un poco más de acierto, o si hubiera estado un Cristiano sobre el campo, el resultado hubiera sido diferente con total seguridad. Pero no es sino el Barcelona el que sacó el billete para Sevilla, haciéndole al Real Madrid muy larga la temporada de paso. Era el partido más importante del año para los blancos, y se les escapó de entre los dedos. 

No obstante, la primera parte en el Santiago Bernabéu ya recordó mucho a la primera mitad del Camp Nou. Esto es, con un Real Madrid avasallando a un tibio Barcelona, pero perdonándole la vida de cara al gol. La presión sin descanso de los once gladiadores blancos en su propio campo forzó hasta 64 pérdidas de balón de los culés antes del intermedio. Sin embargo, ninguno de los seis remates generados por esas recuperaciones encontró el gol. 

Capítulo aparte merece Vinicius, que por su banda fue un quebradero de cabeza constante, y tuvo hasta cinco ocasiones francas para marcar. Más que francas. Sin embargo, al brasileño le siguió faltando acierto de cara a puerta. De haberlo tenido, pudo haber zanjado la eliminatoria antes del paso por la caseta. O de haberlo tenido Sánchez Martínez, que le escamoteó un penalti clarísimo al mismo Vinicius al cuarto de hora. 

Y bien que lo echó de menos el Real Madrid. Es una norma no escrita del fútbol, que quien perdona acaba pagando. Y apenas hicieron falta cuatro minutos tras la reanudación para reafirmarlo. Eso fue lo que tardó Luis Suárez en poner por delante en el marcador al Barcelona en una jugada aparentemente sin peligro que acabó con Dembele al borde del área y con el uruguayo rematando a gol llegando desde atrás. La eliminatoria se ponía que ardía. El Barcelona había andado ya la mitad del camino sin haber gastado la suela de las botas.

El Real Madrid no agachó la cabeza, sino que apretó un poco más los puños si cabe. Y de hecho, rondando la hora de partido, un Ter Stegen estelar hizo la parada de la noche a un testarazo a bocajarro de Reguilón, para que poco después Vinicius rompiera en dos a Semedo y Piqué en una jugada maradoniana que acabó en córner. Incomprensiblemente, esta doble ocasión no fue sino el preludio de la sentencia culé en una jugada calcada a la del 0-1, pero por la otra banda. Una acción aparentemente inofensiva que acabó con Dembele casi en línea de fondo centrando para que Varane se metiese el balón en propia puerta ante un Luis Suárez en boca de gol. En poco más de dos llegadas, el Barcelona había roto la semifinal sin casi pretenderlo. 

Y para más inri, apenas unos minutos después del 0-2, Casemiro cometería penalti sobre Luis Suárez para que el uruguayo marcase a lo Panenka en el Santiago Bernabéu. Un estadio que había visto una hora de ensueño de su equipo, pero que se marchó a casa con un resultado de pesadilla. Eliminado de la Copa, muy lejos en La Liga y aferrado a la Champions League cual clavo ardiendo. Idéntico guión, una temporada más. Con la única diferencia de que esta vez cayó con honor en la Copa. Poco consuelo, dicho sea de paso. Muy poco si delante está el Barcelona además.

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