¿Qué tuvo Diego Maradona y por qué había sido operado?

Diego Armando Maradona falleció este miércoles 25 de noviembre a los 60 años. El Diez sufrió un parocardiorrespiratorio en su casa de San Andrés y a pesar de que llegaron cuatro ambulancias al lugar, no pudieron reanimarlo.

Fue su última aparición pública en el Bosque la que había generado preocupación. Desde hacía tiempo que el DT de Gimnasia no se encontraba bien anímicamente y el lunes 2 de noviembre se decidió internarlo en el Instituto IPENSA de la ciudad de La Plata. Según su entorno, se trataba de un monitoreo rutinario, pero, con el correr de las horas, la situación se agravó: al día siguiente por la noche el Diez fue operado con éxito luego de que le detectaran un hematoma en la cabeza.

Si bien desde un primer momento el médico Leopoldo Luque le había restado trascendencia a la gravedad del cuadro y había hablado de que se trataba de una cirugía "de rutina", Matías Morla reveló la verdadera situación que atravesaba el entrenador del Lobo cuando fue sometido a la cirugía: "Diego pasó el peor momento de su vida. Tuvo un derrame que le pudo costar la vida, fue un milagro que lo hayan detectado a tiempo".

Ocho días después de esa cirugía, Luque informó que se le había dado el alta. El entrenador del Lobo pasó su primera semana de postoperatorio sin complicaciones pero sedado, a causa de un síndrome de abstinencia por su adicción al alcohol. Según fue informando su médico personal, la recuperación de la cirugía fue "excelente" y hasta había trascendido que había conseguido una tablet para ver el empate de Gimnasia ante Vélez y hasta lanzó insultos al aire por el gol agónico del Fortín.

Tras dejar la clínica, Maradona no regresó a la casa donde vivía en Brandsen (cerca de La Plata), sino que se instaló en el barrio San Andrés, perteneciente a la localidad de Villanueva, lindante a Nordelta, para estar cerca de donde reside su hija Gianinna. Después de muchos años de fuertes enfrentamientos entre la familia de Diego y su actual entorno, la  situación había generado una tregua. Tanto Dalma y Gianinna como Jana y Diego Junior (que no pudo viajar al país por haber dado positivo de coronavirus) se encontraban en la mesa chica de las decisiones sobre el futuro de su padre.

LAS CONTRADICCIONES DE SU ENTORNO

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La información de la operación sorprendió a todo el mundo, ya que contradijo a quienes actualmente se encuentran cerca de Diego, que habían asegurado que había pasado bien la primera noche en La Plata y que el miércoles 4 sería dado de alta. Incluso, el martes 3 por la mañana, horas antes de que se anunciara la operación, Luque había minimizado la preocupación. "Está mejor que ayer, con muchas ganas de irse. La idea es que se quede un día más. Está anémico, un poco deshidratado, hay que corregirle eso y esperar que siga mejorando. La idea es mejorarlo todo lo que se pueda, necesitamos un poco más de tiempo. Él al verse bien se quiere ir, como siempre, le dije que banque. La noche la pasó bien, está bien de ánimo, estuvimos bromeando y caminando dentro de la clínica. Está evolucionando como queríamos", había declarado el médico.

Sin embargo, los estudios de rutina a los que fue sometido Maradona detectaron un "hematoma subdural" (en otras palabras, un moretón entre el cerebro y el cráneo) y los médicos decidieron que fuera intervenido quirúrgicamente ese mismo día por la noche: la operación se llevó a cabo alrededor de las 20 horas y terminó sin complicaciones.

El hecho de que el DT debiera pasar por el quirófano puso en duda todo lo que había dicho su entorno en las horas anteriores. Según cuentan quienes lo conocen, desde hace algún tiempo el Diez atraviesa una depresión, que se vio agudizada en estos meses de confinamiento por la pandemia (al ser paciente de riesgo, prácticamente no salió de su casa):  "Obviamente, esta cuarentena es muy difícil para todas las personas que se encuentran aisladas realmente, como él, lo sienten y mucho. Esto trae trastornos de ánimo. Es una realidad que no solo afecta a Maradona ", había dicho en junio su médico.

LOS DÍAS PREVIOS A LA INTERNACIÓN

Unas semanas después del regreso de los planteles a los entrenamientos, Maradona había acudido al mismo centro de salud platense donde le detectaron el edema para someterse a un chequeo general, pero los resultados no fueron los esperados y por eso se decidió profundizar el análisis sobre los valores más preocupantes. Entre los síntomas mencionados se encontraban anemia, deshidratación y falta de sueño y de apetito.

"Esta semana tuvo un bajón. Lo vamos a dejar internado hasta optimizarlo. Él está bien, si quiere se para y se va ”, confirmó su médico personal ante la prensa el día de la internación por la noche, para luego aclarar que "hay un cuadro de anemia" y que no se trataba de una recaída en su adicción al alcohol ni un posible caso de COVID-19 ("ni hay que hablar de tonterías así"), ni mucho menos un caso de ACV, como así también contó que " el viernes estuvo entrenando y al otro día no tenía ánimos, cuando le dije de venir primero se negó y después él quiso".