El Athletic, tras superar al Real Madrid, se metió en los cuartos de final de la Copa del Rey, comienza a ver más de cerca la posibilidad del título y la Gabarra vuelve a sonar así entre los directivos, jugadores y aficionados del conjunto vasco. ¿De qué se trata esta tradición? Pasen y lean…
SIGUE EN DIRECTO EL VALENCIA VS. ATHLETIC BILBAO DE COPA DEL REY PULSANDO AQUÍ
Aitor Ocio a Goal: "Sacar la Gabarra sería increíble, este formato me encanta"
La Gabarra supera una prueba de flotabilidad
Este martes, la Gabarra ha afrontado una prueba de toque para comprobar su funcionamiento y flotabilidad. Con la ayuda de dos grúas, el barco se ha posado sobre la ría de Bilbao. Tras ser restaurada hace unos meses ha sido sometida a una operación de seis horas y ha sido izada a muy pocos metros del estadio de Athletic, San Mamés.
Próximos partidos
Sobre las 2 de la tarde, se ha confirmado su flotabilidad. Este momento ha sido inmortalizado e incluso ha levantado algunos aplausos de los allí presentes. Poco después, ya en alto, ha girado para posarse sobre el Nervión.
Así empezó el ritual
Temporada 1982-1983. Última fecha: el Real Madrid, líder; el Athletic, escolta. El conjunto vasco no era el favorito, pero el fútbol es también sorpresa. Los dirigidos en aquel entonces por Javier Clemente, como visitantes, le ganaron a Las Palmas 5 a 1, mientras que el conjunto merengue cayó 1 a 0 contra el Valencia. ¡Athletic campeón! ¿Qué festejo se improvisa?
El día que se inició el ritual
La directiva rojiblanca organizó una celebración que fue realmente un éxito. Un acto histórico. El 3 de mayo de 1983, la ría de Bilbao congregó a un millón de personas para festejar el campeonato. La gabarra del Athletic, así se la denominó, recorrió dicha ría. La embarcación, símbolo del proceso industrial de Vizcaya en el siglo XIX, transportó a los campeones, una plantilla integrada por nombres como Zubizarreta, Goikoetxea y Liceranzu, entre otras estrellas.
La Gabarra dio suerte
Un año después, el Athletic logró el doblete: título de liga y Copa. La Gabarra, entonces, volvió a la ría para celebrar, con la presencia de una multitud como testigo.