Agridulce empate en Bucaramanga, luego de un partido intenso, de ida y vuelta, que Atlético Nacional tenía controlado en el primer tiempo tras acomodarse en el campo y pasar a ser el protagonista guiado por Jader Gentil, Nelson Deossa y un Brahian Palacios encendido que siempre que la tuvo, causó problemas.
Además del recambio a la nómina que ya se vislumbraba desde la convocatoria, Autuori también volvió a cambiar el esquema con un aparente 4-4-1-1, que en poco benefició en ataque a Tomás, pero que le dio una seguridad al equipo en el medio necesaria para aguantar las primeras incrusiones locales, tomarse confianza y después desarrollar su plan. Paradójicamente, la salida de Duque por lesión y el ingreso de Palacios fue una clave importante para el partido, pues el extremo fue el dolor de cabeza para el Leopardo.
Por eso la victoria, además del salto en la tabla que representaba, hubiese sido un justo premio a la competitividad que mostró el equipo, al atrevimiento de Brahian, a la constancia de Tomás que volvió a anotar y en general, a un equipo que hizo un partido correcto, sin mayores sobresaltos y que se equilibró en una de las pocas claras que tuvieron los de casa.
Rescatable para Autuori que sigue sumándole minutos a varios jóvenes y que ellos siguen respondiendo, ofreciendo alternativas y motrándose en cada oportunidad que tienen. Y seguramente el próximo lunes, ante Huila, vuelvan los grandes nombres, pero por ahora el Verde puede confiar en que atrás hay materia prima para trabajar y potenciar.
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