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Real Madrid Leganes Copa del Rey 24012018Getty

'Pepinazo' en el Santiago Bernabéu

OPINIÓN

Al Real Madrid le gusta jugar con fuego. O quizás sólo es a Zidane. Y vaya por delante que el Real Madrid debe ganarle al Leganés en nueve de cada diez ocasiones que se enfrenten, sea con los jugadores que sean y da igual la competición. Pero en el momento tan delicado en el que está el equipo blanco y con algunos de sus jugadores completamente desbordados, este partido pedía otra cosa por parte del Real Madrid. De ahí que durante muchos minutos del encuentro en el Santiago Bernabéu, fuera el Leganés el equipo virtualmente clasificado y no el gigante de la capital. Muchos. Hasta el final del mismo.

El inicio del encuentro fue premonitorio ya. Con el Real Madrid sesteando, sin encontrar a sus jugadores en ataque, y con un claro problema de producción de fútbol desde su propia defensa. Todo merced a un triángulo clave en esa suerte del juego y que nunca estuvo a la altura del momento y, quién sabe, si del equipo siquiera: Theo-Achraf-Llorente. El lateral diestro perdió nueve balones en la primera media hora (en apenas 25 toques), y en una de sus erráticas intervenciones puso en un aprieto a Nacho para que Eraso batiese a Kiko Casilla desde El Carrascal. Golazo. Y tensión en el coliseo blanco.

No fue hasta los dos minutos de la reanudación que Benzema trajo la calma al respetable con otro gran gol, picando el balón ante la salida de Champagne tras asistencia de Lucas Vázquez. Le duró poco, eso sí. Porque diez minutos más tarde, Pires ponía otra vez en ventaja a los pepineros al saque de un córner. Esta vez fue Theo quien lo propició con una defectuosa marca. Más tensión. El Real Madrid estaba fuera de la Copa. Y también de La Liga. Merecidamente, además. 

Hasta el punto de que Zidane sacrificó a Llorente y Achraf públicamente para dar entrada a Carvajal y Modric. No suele hacerlo el francés. Pero no quedaba otra. Los cambios llegaron muy tarde, incluso. Aunque, lo cierto es que el Real Madrid no mejoró en demasía con los relevos. De hecho, Zidane agotó su tercer cambio al minuto 75: Isco por Mayoral. Un cambió que escoció mucho al malagueño. 

El último cuarto de hora fue un asedio de los blancos. Aunque sin excesivo tino para tener el 100% de la posesión. Benzema y Ramos tuvieron dos ocasiones francas, pero se encontraron con Champagne. Y ahí murió el partido. Con los pepineros descorchando decenas de botellas del susodicho para celebrar una machada histórica. Su primer pase a las semifinales con todo un ‘pepinazo’ en el Santiago Bernabéu. Increíble, pero cierto.

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