Si hay alguien exigente consigo mismo, ése es Saúl Ñíguez. El ilicitano, que confesó que este curso ha vivido momentos difíciles en el Atlético de Madrid, sigue meditando su futuro. En lo personal ha vivido un año intenso en lo emocional, con la feliz noticia del nacimiento de su hija, mientras que en lo profesional el propio Saúl ha reconocido que ha sufrido, que no ha tenido la estabilidad que habría deseado en el equipo y que su mejor versión apareció a cuentagotas. De hecho, Saúl sufrió algunas críticas exacerbadas y hasta insultos desagradables, del todo punto injustificables, a través de las redes sociales. Afortunadamente, Saúl siguió compitiendo, remontó el vuelo y el Atlético acabó conquistando una Liga que celebró a lo grande.
Icono, capitán, referencia y estandarte de la cantera
A sus 26 años y después de siete temporadas maravillosas en el Atlético de Madrid, el estatus de Saúl es notable: es un icono del club y un estandarte de la cantera. Nadie le ha regalado nada, se ha hecho un hueco en el club a base de rendimiento y como todo profesional, aspira a seguir creciendo. Y es aquí donde el ilicitano medita sus opciones. No ha jugado lo que le gustaría, ha pasado por momentos duros, se ha sentido poco valorado en algunas situaciones y se sintió realmente dolido cuando una minoritaria parte de la afición le atacó en las redes sociales. Lo que nadie le puede quitar es que, juegue mejor o peor, esté bien o mal, Saúl siempre ha sido un ejemplo de comportamiento, rendimiento y valores. Merece un respeto.
La postura del Atleti: ni necesita ni quiere vender a Saúl
Es obvio que Saúl ha tenido y tiene equipos interesados en hacerse con sus servicios. También es conocida la postura del Atlético de Madrid. El club no quiere desprenderse del ilicitano, entiende que es una pieza importante para seguir creciendo, sigue teniendo la confianza de Simeone y es uno de los jugadores más queridos y respetados en el vestuario. Saúl es uno de los capitanes de la caseta, lleva toda la vida "mamando" Atlético de Madrid y salvo que él dese marcharse, en el club siguen contando con él.
Miguel Ángel Gil Marín, consejero del club, ya comentó públicamente la postura del club sobre el mediocampista: "Saúl es capitán, lleva muchas temporadas en el club y, por ello, se han ganado el derecho a decidir cuándo y cómo terminar su vínculo con el Atlético". Así están las cosas. Saúl tiene contrato en vigor con el club colchonero hasta el 30 de junio de 2026, está bien colocado en el escalafón salarial del Atlético de Madrid y tiene una cláusula de rescisión de 150 millones de euros. Ni el club desea venderle, ni le ha puesto en rampa de salida, ni quiere hacer negocio con él. Otra cuestión sería si el futbolista habla con el club y decide que salir sería lo mejor para su carrera.
Aquella ofensiva del Barça por Saúl que llegó...72 horas tarde
Es un secreto a voces que existe interés de varios equipos ingleses e italianos en Saúl. Hace unas horas, el diario "Marca" avanzó el interés de la Juventus. Eso sí, en un mercado a la baja y siendo conscientes del delicado momento económico de la industria, parece complicado que este verano pudiera llegar una oferta suculenta por el ilicitano a las oficinas del Metropolitano. Cabe recordar que en 2017, el Barcelona llamó a Gil Marín para pagar la cláusula de Saúl, que entonces ascendía a 80 "kilos". En aquel entonces el Barça llegó 72 horas tarde, porque Saúl había firmado su nuevo contrato, con una cláusula de 150 millones.
La pelota, en el tejado de Saúl
Ahora la pelota está en el tejado de Saúl. El vestuario quiere que se quede, Simeone quiere que continúe, la directiva no necesita venderle y varios de los pesos pesados de la historia del club le han aconsejado que siga en el Atlético de Madrid. En ese escenario, la decisión del futuro de Saúl pasa, exclusivamente, por su propia voluntad. Si él quiere seguir y seguir creciendo en el Atleti, lo hará. Si quiere salir y trae una buena oferta, saldrá. Se ha ganado del derecho a gestionar su futuro y una abrumadora mayoría de la afición desea que siga siendo lo que es: un referente del sentimiento en rojo y blanco.