Luuk de Jong saltó al césped del Camp Nou una vez el árbitro señaló el final del partido entre el Barcelona y el Villarreal. Se quitó el peto, accedió al césped y se despidió de la afición azulgrana sin haber disputado ni un solo minuto en el último partido de la temporada. El neerlandés saludó a los pocos miles de seguidores que quedaban en las gradas, se puso la mano en el corazón -encima del escudo- y agradeció el trato recibido durante uno de los peores años de la era moderna en el Barça. "Luuk, Luuk, Luuk", le gritaron, también en señal de agradecimiento por el rendimiento ofrecido en una temporada para el olvido en la que el espigado delantero salvó los muebles con goles importantes para llevar al conjunto culé a la segunda posición de la tabla clasificatoria.
De Jong fue el único jugador que pareció despedirse del Camp Nou. El único al que la afición pudo aplaudir tras un partido terrible para cerrar una horrible temporada. Este domingo varios futbolistas disputaron su último encuentro vestidos de azulgrana.Adama Traoré y Clément Lenglet fueron titulares. La flecha de L'Hospitalet le ganó el sitio a un Ousmane Dembélé que todavía no ha comunicado su decisión -si renueva o se marcha gratis- y que tiene al Barcelona harto por su actitud. También a Mateu Alemany, que se calentó en la zona mixta del estadio. "Yo tengo mi propia opinión personal sobre este asunto pero no viene a cuento. Sin noticias suyas, igual que en los últimos 6 o 7 meses", expresó el director de fútbol blaugrana. Dembéle disputó media hora lamentable. Una de las peores de la temporada. Entró en el césped pitado y se retiró al final del partido habiendo sido abucheado en cada acción.
La gente se cansó. El último mes y medio del Barcelona molestó sobremanera a un Camp Nou que mostró su rechazo durante los instantes finales de la temporada. Silbó al colectivo por su actitud y también señaló de forma individual a varios jugadores, entre ellos a un Frenkie de Jong que terminó el curso sin acierto y con las puertas abiertas de par en par. Su salida se intuye decisiva para que la junta directiva tenga margen de maniobra para inscribir a nuevos futbolistas, como los ya fichados Franck Kessié y Andreas Christensen, y pueda afrontar operaciones de otro calibre como la incorporación de Robert Lewandowski, a día de hoy lejos de poder ser contratado por un club que necesita centenares de millones de euros para revertir una situación económica lastimosa. Xavi reconoció negociaciones con el delantero polaco, pero antes de llegar a un acuerdo el Barcelona debe solventar sus problemas financieros.
El técnico también dio minutos a varios jugadores que pueden abandonar la plantilla este verano. Riqui Puig y Memphis Depay saltaron al terreno de juego en el minuto 71, mientras que Óscar Mingueza lo hizo en el 80, para disputar sus últimos 10 minutos como blaugrana. Ninguno de ellos pareció decir adiós cuando el colegiado señaló el camino de los vestuarios. El Barça les quiere vender a los tres, como también a Samuel Umtiti, Neto Murara y Martin Braithwaite, que no pudieron despedirse del estadio barcelonés de la misma manera que lo hicieron sus compañeros. Terminó la temporada y ahora empieza un período decisivo. "Llega el trabajo de los despachos, que es más importante que el del campo", reconoció Xavi.