La reciente clasificación de Argentina a la Copa del Mundo dejó ver el nacimiento de una nueva estrella. Un crack que surgió en el Nacional B, segunda categoría del fútbol albiceleste. Un zurdo que se abrió camino hasta llegar al once inicial del equipo ahora dirigido por Jorge Sampaoli. Y que ahora sueña con una gloriosa carrera en la Champions League, a la espera de jugar un papel fundamental en Rusia 2018. Pero no es Paulo Dybala precisamente. El jugador en cuestión, de ya 25 años, es Marcos Acuña, quien demostró que no le pesó la responsabilidad de enfrentar a la Juventus del propio Dybala, por la tercera jornada de la Liga de Campeones.
Pocos hubieran adivinado a principios de 2017 que sería Acuña, y no Dybala, quien se llevaría todos los aplausos en Argentina. El nacido en Zapala, una ventosa ciudad de 35.000 habitantes ubicada en el corazón de la Patagonia, tuvo una educación futbolística similar a la de su compañero de Selección. Si Acuña comenzó de abajo en Ferro jugando en el Nacional B, Dybala lo haría más tarde en Instituto.
Paulo, sin embargo, llamó antes la atención gracias a sus goles y a su talento increíble a la prematura edad de 18 años. Eso lo llevó a la Serie A, fichado por el Palermo al final de la temporada 2011-12. Acuña tuvo que esperar un poco más para tener su oportunidad en Europa.
El polifuncional jugador del Sporting, que comenzó su carrera en el lateral derecho, se marcharía de Ferro con rumbo a Racing Club para jugar al lado del ya regresado Diego Milito, con quien levantó el título de la Primera División en su temporada inicial. Cuando el Sporting vino a buscarlo, ya era considerado como uno de los mejores talentos del fútbol local.
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Getty ImagesEn Portugal, 'Huevo' (así le apodan) lleva cuatro asistencias en nueve partidos con el Sporting. Como internacional, su incansable esfuerzo y su admirable versatilidad lo han convertido en un fijo de la Selección desde su debut en marzo, en Bolivia. Fue importante en el empate conseguido en Venezuela, donde todo parecía perdido, y ahora es él, no Dybala, quien tiene más opciones pensando en la Copa del Mundo del año que viene.
Si llega a Rusia, no habrá sido sin sacrificio. Cuando era adolescente, pasó cuatro años haciendo un agotador viaje de ida y vuelta hasta Buenos Aires (2.700 kilómetros) sólo para obtener un rechazo tras otro. Los clubes de la capital no lo querían. River Plate, San Lorenzo, Boca Juniors, Argentinos y Tigre pasaron por alto al joven Acuña, que terminaría en Ferro.
Por si fuera poco, fue asaltado tres veces durante sus primeros meses en la capital, lo que lo llevó a pensar en un regreso a su ciudad natal. "La gente no se da cuenta del esfuerzo que hicimos para llegar hasta aquí. Detrás de cada jugador, hay una historia de sacrificio", le dijo a El Grafico.
GOALEn términos utilitarios, la Albiceleste ahora necesita más Acuñas que Dybalas. En sus pocas presentaciones, ya jugó en los dos extremos del campo, y ahora terminó ocupando un lugar en el lateral izquierdo, la posición donde Jorge Sampaoli es más probable que lo utilice para acompañar por ese sector a Ángel Di Maria.
Dybala, mientras tanto, se ha visto perdido hasta el momento en sus incursiones internacionales, no pudiendo ser el socio de Lionel Messi. "Es difícil jugar con él", admitió el de la Juventus en una reciente rueda de prensa, "porque jugamos en la misma posición". "Pero, en cualquier caso, tendré que adaptarme a él y hacerlo sentir cómodo", agregaba.
Con Messi, Dybala, Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín y Mauro Icardi, por nombrar algunos, a Argentina nunca le faltarán jugadores de ataque. Más atrás en el campo, sin embargo, el asunto es bien diferente. Les ha costado en la última década tener defensas de primera clase. Y en los laterales ya no están ni Juan Pablo Sorín ni Javier Zanetti. Con Acuña, parece que una parte de ese problema podría resolverse. Sampaoli y Jorge Jesús, entrenador del Sporting, esperan mucho de él.
Este miércoles, el equipo de Lisboa se llevó un empate de Turín ante la Juventus de Dybala, uno de los jóvenes con más talento en el mundo del fútbol. Pero con Messi todavía brillando, el '10' de los Bianconeri podría tener que esperar su turno para lucirse con Argentina hasta después de Rusia. Por ahora, en la subcampeona de América y del mundo es tiempo de Acuña.