Sufrida, pero refrescante victoria para Millonarios, que a pesar de jugar una buena parte de la segunda mitad con un jugador menos, debido a la expulsión de Llinás, logró superar al Tiburón que sigue de mal en peor con el pasar de cada fecha.
Los locales tuvieron un primer tiempo complicado y con opciones limitadas de gol, haciendo una tarea táctica que implicaba presionar la salida del rival y generar espacios para que los atacantes buscaran el gol, sin embargo, la poca efectividad de los hombres en punta hizo que Gamero replanteara toda su estrategia para los segundos 45 minutos.
Junior opuso resistencia, a pesar de no contar con opciones de pelear por un cupo en la final más allá de las matemáticas, aunque volvió a quedarse corto en lo futbolístico y pese a la ventaja no consiguió, siquiera, el empate en la capital, dejando todo por replantear para el próximo año, entendiendo que se trata de uno de los proyectos deportivos más costosos del país.
El capitan Albiazul volvió a ser héroe y gracias a su entrega y amor por la camiseta, Millonarios llega a la última fecha con todas las posibilidades de meterse en la final, pero primero tendrá que esperar el resultado de Santa Fe, pues una victoria de su clásico rival, le pondrá al juego del miércoles todos los ingredientes para que sea una especie de final.