ANÁLISIS
El Bayern Munich se siente seguro en el Allianz Arena. Hasta hoy. El cuadro bávaro llevaba más de un año invicto en su estadio en Bundesliga desde que cayera, inesperadamente, ante el Mainz en marzo de 2016, en un partido que contó con el protagonismo del cántabro Jairo Samperio, autor del primer tanto de los de Maguncia, y del colombiano John Córdoba, encargado de obrar la sorpresa. Pero el equipo de Zinedine Zidane liquidó la racha.
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Esta infalibilidad en casa en el torneo doméstico también la ha extendido a la competición europea, siendo precisamente el Real Madrid el último que lo había vencido en el estadio muniqués, en el contundente 0-4 logrado por los blancos dirigidos en aquel momento por Carlo Ancelotti.
Pese al citado triunfo de los merengues, primero en la historia en competición oficial como visitantes, el Real Madrid nunca ha perdido el respeto al feudo bávaro motivado por tantas desilusiones cada vez que pisaban el antiguo Olímpico de Múnich, donde padecieron dos duras derrotas por 4-1, provocando un pánico generalizado en el plantel madridista cuando se medían al Bayern en su vetusto estadio.
