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Atlético de Madrid 22-23Web Club Atlético Madrid

Más falso que Eurovisión

Astracanada. El Atleti se presentó en Elche con la desgana, desdén y desinterés de un equipo que tuviera una ventaja de 10 puntos en Liga quedando dos jornadas, o como si acabase de apurar la resaca de haber levantado la Copa del Rey. Como si el partido no fuera con él, como si la segunda plaza no estuviera en juego, como si el partido fuera un estorbo o un 'bolo' de verano. Fue un Atleti "in". Inadmisible, incalificable, indefendible, infumable e infame. Se mostró lento, previsible, perezoso, destensado y, de propina, volvió a coquetar con su mal endémico, el más insoportable de todos: la falta de contundencia.

Ante un equipo deshauciado, el Atleti fue un plomo. Otro asunto, que no sirve como coartada ni excusa, fue lo del arbitraje. Otro día más en la oficina. El Atleti no mereció nada. Cero. El asunto es que normalizar el disparate arbitral en cada partido y convivir con ello, es un error. Uno grosero. Uno que cometemos con frecuencia. Y sobre todo (mea culpa), los periodistas. Miren, gustará más o menos, pero el Atleti fue escandalosamente perjudicado. En el gol ilicitano, existe falta previa sobre Koke, al margen de la vendimia de Gbric. No se revisó. Todo empeoró cuando Badia, el meta del Elche, arroyó a Giménez en el área. El charrúa se quedó tendido en el suelo, absolutamente KO. El 'okupa' de la sala VOR entonó aquello de 'pasapalabra' y decidió que todo estaba bien. Así las gasta el arbitraje español, el mejor pagado de Europa, el que presume de índice de aciertos y el que adultera la competición, una jornada tras otra, sin disimulo ni rubor. El sistema, clientelista, corporativista e indecente, suma y sigue.

El Atleti no se mereció nada en Elche y completó uno de esos partidos donde miles de aficionados acaban por pensar que los jugadores deberían haber vuelto a Madrid andando. El problema es que incluso habiendo jugado rematadamente mal, lo que no merece el Atleti es un arbitraje nefasto y, sobre todas las cosas, un tipo que se duerme en la sala VAR y que decide, de manera caprichosa, que cuando Giménez queda completamente KO en el área, es que allí no ha sucedido absolutamente nada. Jugando así de mal, el Atleti no se merece nada. El asunto está en que se puede reconocer abiertamente eso y después, denunciar el uso torticero y cobarde de este sistema VAR, que es más falso que Eurovisión.

Hay quien cree que lo mejor que puede hacer el Atleti es olvidarse de este partido. Error. No debe caer en el olvido. Debe tenerse presente para no olvidar tres cosas fundamentales: Primero, que el Atleti sigue necesitando refuerzos de nivel; Segundo, que cada vez que Griezmann no funciona, el Atleti se apaga y precisamente por eso, necesita encontrar nuevas fórmulas de juego; Y tercero, lo más importante, el Atleti no puede seguir callando y tragando con el sistema actual del VAR, que es absolutamente vergonzoso. El club tiene que rebelarse, pelear y exigir el cambio hacia un sistema garantista, eficiente y más justo.

Rubén Uría

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