Por Jorge C. Picón. La relación entre el Atlético de Madrid y Luis Suárez atraviesa un momento delicado. El jugador acaba contrato en 2022 y, de momento, no se ha decidido que va a suceder ahora que su peso en el equipo se ha reducido notablemente. Sin embargo, aunque ya se empieza a trazar una hoja de ruta de cara a final de temporada, la realidad es que el jugador no ha tomado una decisión. Su idea es terminar la temporada de la mejor forma posible y después sentarse con el club para hablar del futuro. Cualquier determinación se tomará en conjunto gracias a la buena relación que existe entre las partes.
Luis Suárez sabe, además, que para el club es clave entrar en Champions y no quiere enturbiar el ambiente con un debate sobre su continuidad. Quedan cuatro jornadas, una de ellas el derbi de este domingo, y quedar entre los primeros cuatro clasificados (actualmente es cuarto) es fundamental desde un punto de vista económico. La tesorería del Atlético no atraviesa un buen momento, víctima del impacto del coronavirus, y necesita el ingreso extra que supone la Liga de Campeones para mantener vivo el proyecto. Suárez es consciente y ayudará hasta el final para conseguir el objetivo.
Esta temporada ha jugado 2.213 minutos en los que ha marcado 13 goles. Si bien es una cantidad de tiempo importante, muchos de ellos han sido entrando de suplente, especialmente en este segundo tramo de temporada en el que no está teniendo tanta presencia en los onces de Simeone. Situación contraria a la vivida el curso pasado, en el que fue fundamental y acabó con 21 tantos. Si bien al uruguayo le gustaría jugar más, entiende las decisiones técnicas y pone al equipo por delante de todo.
Se trata de una de las situaciones delicadas que tendrá que resolver el Atlético de cara al próximo mercado. Se trata de un jugador que llegó del FC Barcelona a cambio de unos seis millones de euros, todos ellos por objetivos. El año pasado, con la consecución de la liga y un gran rendimiento, el uruguayo se ganó el cariño de la afición rojiblanca. Su futuro, dentro o lejos del Metropolitano, no borrará su recuerdo allí.




