"¿Te acordás dónde estabas el día que Enzo Pérez atajó 90 minutos y River ganó?", será la pregunta que, en muchos años, los hinchas podrá contestar afirmativamente. Porque este 19 de mayo del 2021 quedará grabado a fuego en la historia del club y del fútbol sudamericano, pero especialmente en aquel volante que hace cuatro años comenzó a cumplir un sueño del cual no se despierta.
Goles de River 2-1 Santa Fe por la Copa Libertadores
Reducir el triunfo del Millonario y la actuación del mendocino a que Santa Fe fue un equipo casi amateur sería faltarle el respeto a una jornada épica. Porque no necesitó de una gran atajada o de magníficos reflejos que sostuvieran el arco. Ni siquiera el resultado final puede determinar el análisis de una noche para el museo.
Porque hay más. En condiciones normales, sin el brote de Covid-19 que dejó apenas 11 futbolistas disponibles, Enzo no hubiera podido estar convocado, tras la distensión en el isquiotibial sufrida en el Superclásico. En condiciones normales, tal vez no hubiera llegado a la semana que viene para recibir a Fluminense. Pero no solo las condiciones no son normales. Su pasión también trasciende fronteras.
Las atajadas de Enzo Pérez en su noche inolvidable
Si hasta ayer no quedaban dudas que Pérez, el que rechazó ofertas de "salvarse" económicamente para seguir en Núñez, era uno de los jugadores más queridos de los últimos tiempos, por ser el fanático que pudo ponerse la camiseta y jugar como tal, hoy fue mucho más allá: esta noche se sentó para siempre en una mesa reservada solo para ídolos y de la que nadie lo podrá mover. Y, si quiere, podrá estar con el buzo amarillo y el 24 en la espalda.
