Cruz Azul vivió un torneo de ensueño, que solo se podía redondear conquistando el Guardianes 2021, en el que doblegaron en la final a Santos Laguna para pueden romper una sequía de 23 años sin títulos.
La Máquina encabezó la competencia de inicio a final, siendo el conjunto más consistente e incluso hilvanando una sorprendente racha de 12 victorias consecutivas y casi cuatro meses sin haber caído en ningún partido.
Vale la pena retroceder el tiempo a hace apenas seis meses. Los Cementeros habían tenido un correcto desempeño en el Guardianes 2020, pero en las semifinales de la competencia ocurrió una de sus máximas tragedias deportivas: habían vencido 4-0 a Pumas en el partido de ida, pero en un increíble cotejo de vuelta, los Felinos les repitieron el marcador,dejándolos fuera y reviviendo todos los fantasmas de tantos años sin gloria.
Llegó el mercado de invierno, y en el club estaban conscientes que era momento de cambios. Robert Dante Siboldi dejó su puesto, comenzando una larga búsqueda de un técnico capaz de levantar al grupo anímicamente y volver a colocarlos en los primeros sitios de la tabla.
Antonio Mohamed, Matías Almeyda, Francisco Palencia y muchos otros nombres importantes fueron puestos en la mesa. Incluso se hablaba de Hugo Sánchez , que aseguró que ya estaba amarrado para el puesto, pero por diferencias económicas optó por rechazar la propuesta.
La directiva apostó por un perfil más bajo, y decidió nombrar como su timonel a Juan Reynoso , legendario exdefensor que defendió la camiseta de la institución por ocho años, e incluso proclamándose campeón en 1997.
Reynoso es un técnico perfeccionista, bastante trabajador en lo táctico y con un liderazgo nato, pero que no parece cómodo cuando debe llevarse las portadas. Haciendo su labor y sin reflectores, el peruano tiene a la Máquina a solo un partido de lograr el gran objetivo.
El destino de los Celestes pudo ser otro. Sin embargo, el futbol no permitió al Pentapichichi volver a los banquillos, y sí le dio a Reynoso la mayor oportunidad de su carrera. Cuando recién comenzó a dirigir, conquistó en 2007 la Liga con Coronel Bolognesi, después de 78 años de sequía . Luego, entre 2015 y 2017 consiguió certámenes con Melgar de su país, luego de 34 años sin levantar trofeos. Era el exorcista que tanto necesitaban.