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Barco Union Boca Fecha 1 Torneo LPF 2021Luciano Bisbal/Getty Images

¿Ilusiona? El Boca de los (nuevos) pibes

El realismo no suele ir de la mano con el futbolero, pasional por naturaleza. Si la objetividad parece un concepto confuso para el sentido común, en el plano deportivo directamente sale por la ventana: un hincha nunca podría aceptar las posibilidades reales de su equipo. Y menos si ese equipo es Boca, "deportivo ganar siempre", como lo denominó alguna vez Alfio Basile.

Sin embargo, el Xeneize se encuentra en esta encrucijada en el 2021. Aunque sus dirigentes y su entrenador aseguren que están conformes con el plantel que se armó, es incontrastable que se perdió no solo en cantidad, sino también en calidad. Y que el éxodo, parece, continuará: Gonzalo Maroni se irá a préstamo a Atlas y los próximos en salir podrían ser Cristian Pavón y Sebastián Villa.

Lo que se evidencia desde que el Consejo de Fútbol desembarcó en Ezeiza es que el club cambió su política al respecto del mercado de pases: lo que antes era comprar a rolete, ahora parece haberse convertido en la maximización de los recursos. Con la mirada puesta en las inferiores, Juan Román Riquelme no se desespera por desembolsar ridículas cantidades de dinero para armar un once competitivo. El enfoque es diferente y habrá que acostumbrarse.

El conjunto de Miguel Ángel Russo puso primera en esta semana de competencia: en 72 horas, afrontó el partido ante Atlético Mineiro en La Bombonera y, luego, visitó a Unión por la primera fecha del Torneo de la Liga Profesional. Entre ambos encuentros, el DT puso en cancha a ocho juveniles formados en la institución (sin contar a Javier García ni a Luis Vázquez).

Agustín Sandez, Marcelo Weigandt, Cristian Medina, Alan Varela, Renzo Giampaoli, Valentín Barco, Aaron Molinas y Agustín Obando fueron los que participaron entre los cotejos. Los primeros tres fueron titulares ante el Galo, mientras que los otros cinco hicieron lo propio ante el Tatengue. Y lo cierto es que ninguno desentonó: si bien Sandez quizás pudo haber sido el más flojito de todos, Giampaoli se bancó jugar en una posición que no es la suya, se vio a un Weigandt más experimentado y sólido, Obando logró convertir para ganar confianza, Medina y Varela sostienen sus buenos rendimientos desde el semestre pasado y los debutantes Barco y Molinas superaron las expectativas, especialmente el volante, quien tuvo un gran partido en el 15 de Abril.

Ahora bien, la decisión de que ingresen los juveniles responde, también, a una necesidad. El plantel corto con el que cuenta el cuerpo técnico obliga a apurar los planes, como hacer debutar a un chico con ¡16! años. A las promesas hay que acompañarlas, no solo hacerlas jugar. Y la máxima preocupación es que la responsabilidad le termine pasando una mala jugada: el empate en Santa Fe demostró que los chicos están a la altura de las circunstancias, pero que todavía necesitan acostumbrarse al ritmo de la Primera. Hicieron un gran primer tiempo, pero también se cayeron en el segundo.

Sería sano para Boca amigarse con la realidad de la situación: si bien nunca se sabe con certeza lo que puede pasar, este no parece un equipo armado para pelear en los tres frentes que tiene abiertos. Deberá seleccionar bien sus batallas y confiar en los pibes, quienes, hasta ahora, no han defraudado.

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