Fue recibido y felicitado por sus compañeros en el campo. Lo ovacionaron durante varios minutos, en reconocimiento al compromiso que tuvo durante dos extraordinarias temporadas. Esa vuelta olímpica en el Phillips Stadium puso punto final a un ciclo maravilloso para Héctor Moreno. Pero no fue cualquier despedida. Fue una despedida feliz, pues el mexicano estaba a nada del paso más importante de su carrera al convertirse en nuevo refuerzo de la Roma.
Pero nada salió como lo planeado...
El canterano de Pumas tuvo demasiados problemas de adaptación en Italia, donde nunca pudo adaptarse a las exigencias de Eusebio di Francesco. La historia no fue demasiado distinta en la Real Sociedad, pese a que llegó como el refuerzo ideal para reemplazar a Íñigo Martínez, traspasado al Athletic de Bilbao.
Fue entonces cuando llegó una extraña oportunidad para recuperar la regularidad que tanto necesitaba: continuar su carrera en el Al Gharafa. Lejos de la exigencia propia de los campeonatos de Europa, el central mexicano aceptó la idea de marcharse a Qatar y tener los minutos que nunca tuvo desde su salida del PSV.
Ya pasaron casi dos años desde entonces y Moreno Herrera no ha vuelto al nivel que le permitió dar el salto a la Serie A. Aunque es un titular indiscutible en el equipo de la ciudad de Doha, lo cierto es que su presencia no se ha traducido en la solidez defensiva que esperaba tener el Al Gharafa con su fichaje.
El defensa ha jugado desde el arranque los 13 partidos que van del campeonato local, en los que el equipo ha tenido que buscar el balón del fondo de las redes en 20 oportunidades. Al Gharafa es el cuarto equipo más goleado de la Stars League y ya acumula cuatro juegos sin mantener su valla invicta.
Le queda un año de contrato y a menos que las cosas cambien radicalmente en los próximos meses, a Moreno tampoco se le dieron las cosas en Qatar.