En busca de la felicidad, la misión de Messi en Argentina

"En este último año no encontré la felicidad en mi club". La frase pegó tan fuerte como todos los dardos que disparó en contra de la dirigencia de Barcelona. Si había un lugar en donde siempre se lo había visto a gusto a Leo Messi, ese era el Barça. Ganador, goleador, líder... La imagen de semidiós que la Pulga tiene en Cataluña fue la que le costó tanto trabajo construir en Argentina. Pero ahora, las fichas parecen haber cambiado de mano y es en la Selección, en su país, en donde puede encontrar la alegría.

El mensaje de Messi para los argentinos

El ciclo de Lionel Scaloni comenzó en 2019 y tuvo como premisa la renovación. Pero la renovación, siempre con el '10'. Pasó la Copa América, acaso la última oportunidad de la vieja guardia para sacarse la espina de conseguir un título, y, ahora, en el inicio del nuevo ciclo mundialista, el DT armó una convocatoria más a su semejanza. Sí, es cierto, el año distanciados y los pocos entrenamientos hicieron que el equipo no fluya como esperaba. Pero el que brilló como siempre fue Messi.

Scaloni: "Siempre supe quién era el arquero"

Con la cinta en el brazo, fue el capitán por el que tanto se abogaba en ciclos anteriores. Se lo vio muy activo, no solo desde lo futbolístico, lo habitual, sino desde lo anímico: mucho diálogo con sus compañeros (La Bombonera vacía también facilita hacerse escuchar) y también con el banco de suplentes. En cuanto a su función, fue más o menos la misma que ocupa desde hace años en el conjunto nacional. Con toda la libertad, intentó ser el nexo entre un mediocampo que estuvo algo desconectado y un Lautaro Martínez que quedó muy solo bien arriba. Lo mejor, igualmente, nació siempre desde sus pies, con algunas sociedades esporádicas.

Un detalle: metió el gol del triunfo de penal. Más que para el recuerdo, quedará para la estadística. Lo novedoso es que es su liderazgo el que parece salir a flote en esta situación, junto a un plantel más joven en el que tal vez no sea él quien tenga la responsabilidad de ser el salvador. Sino el conductor. El mismo que supo ser en Barcelona cuando era feliz.