Casi seis meses, entre la expectativa, la ansiedad, los rumores y otras tantas sensaciones que pusieron a James Rodríguez en una especie de limbo respecto al sentir de los hinchas colombianos, que saben del gran talento de una de las mejores zurdas de los últimos tiempos, pero que tampoco se explican algunas, muchas, actitudes por parte del jugador.
Habiendo pasado brevemente por la Premier League, dejando estadísticas para nada despreciables, y tomando la polémica decisión de continuar su carrera en Qatar, James ha vuelto a disputar un partido de fútbol, casi en su totalidad, dejando la impresión de que más allá del nivel de la liga, su idea es volver a disfrutar el fútbol.
Ya sobre el terreno de juego, se ha visto a un James activo, con ida y regreso, algo que le ha costado a lo largo de su carrera, pero con lo que parece comenzar a funcionar, entendiendo que su equipo requiere que sea polifacético y menos estático en la cancha; a James no le costó el regreso, pues más allá de la derrota de su equipo -algo que pierde relevancia en el lugar donde está- el 10 ofreció destellos de ese talento que no se olvida y que tanto se extraña.
"No es cómo empieza, es cómo termina", fue la frase que dejó Rodríguez en sus redes sociales, que vuelven a tener contenido futbolístico, algo que anhelaban, tanto sus seguidores, como sus detractores, que ven en su genio una herramienta determinante para la Selección Colombia en el complicado camino rumbo a la próxima Copa del Mundo, que, casualmente se disputará en el país donde James tiene su residencia actualmente.
James ha vuelto a las canchas, siempre una buena noticia, sabiendo que todo depende de él mismo, que su talento es grande pero no suficiente para un objetivo mayor y que las ganas, en esta ocasión sí son lo que cuenta, si se piensa en darle una mano importante a su país, en una tarea que ya ha demostrado en el pasado que no le queda grande y en la que, así la opinión general y las pasiones apunten a lo contrario, James parece estar haciendo falta.