GoalRelato es un término que parece haber sido rescatado en los últimos tiempos para justificar el discurrir de muchas situaciones. Parapetados en el relato, como si los hechos sucedidos pudieran ser radicalmente distintos según la óptica o las apetencias de quienes enarbolan un discurso narrativo, vivimos una era en la que prácticamente cualquier representación goza de acomodo tintado de verdad.
Cuando de fútbol se trata, también nos encontramos con la presentación de relatos opuestos según el visillo desde el que se asome el narrador. El deporte rey sigue ofreciendo trincheras como alternativa a la comodidad de la anestesia que supone tener todo el universo del fútbol –y en cualquier momento del día– a golpe de mando a distancia.
En todo caso, por más que el mundo vaya cambiado a zancadas, las rivalidades entre las aficiones siguen tan vigentes como el deporte alrededor del que orbitan. Y según va acercándose el enfrentamiento directo en la cancha entre los equipos, las declaraciones de los protagonistas marcan la agenda de lo que se arrojan verbalmente las aficiones en las tabernas, en los grupos de WhatsApp y en las redes sociales. Poca variación, en ese sentido.
Tampoco se altera lo que parece preocupar, incluso molestar, cómo se toman o dicen tomarse los partidos de rivalidad vecinal unos y otros. Así, desde Donosti no se compran que Álex Berenguer considere el derbi vasco “un partido más”, un tanto “especial”, eso sí. Mientras que en Bilbao desdeñan que Imanol Alguacil afirme que para los realistas sea “el partido más importante”.
Tratar de aplicar la razón, y solo la razón, a un encuentro en el que manda la pasión más o menos desmedida, no tiene mucho sentido, pero es asimismo un sinsentido pretender que el rival conciba el enfrentamiento del mismo modo que lo vive uno mismo. La riqueza en matices del sentir de un hincha o un deportista no tiene por qué entender de patrones. Ese es uno de los aspectos que hace que una competición deportiva permita, al mismo tiempo, enardecer el corazón de un aficionado o disfrutar de una rivalidad con la tranquilidad de una cerveza y un plato de jamón en el salón de casa.
A pesar de todo, en el caso de los choques entre blanquiazules y rojiblancos sí pueden establecerse determinadas trazas que los definen, aunque sea a base de generalizar demasiado. En la Bella Easo y sus alrededores se contempla el derbi vasco como si de un all-in en el póquer se tratara. Bastan las declaraciones de Kubo e Imanol para refrendarlo. Por eso, en lo emocional, la Real se juega más esta noche en Anoeta. Si vencieran los donostiarras, su disfrute sería mayor que el de los bilbaínos si ganaran estos últimos. Ocurriría de manera análoga con el disgusto por la derrota. De hecho, gran parte de los puntos cosechados históricamente por los guipuzcoanos tienen que ver con su mayor implicación emocional en los derbis vascos.
Sus vecinos de Bilbao quieren también llevarse el gato al agua cada vez que se ven con los inquilinos de Anoeta, pero la presión externa e interna con la que saltan al césped suele ser algo menor. Y así, uno repasa la clasificación histórica liguera y la de los enfrentamientos en los derbis, y a pesar de que en ambas domina el Athletic, la distancia en la primera es muchísimo mayor que en la segunda. Números cantan.
Además, el caprichoso calendario ha querido que en esta ocasión, lo que para Imanol Alguacil y los suyos es “el partido del año”, para los de Ernesto Valverde se convierta en la tercera cita más trascendente de la semana. Los octavos de final de Copa del próximo miércoles ante el Espanyol en San Mamés pasan por ser el encuentro en el que los leones no pueden permitirse fallar. Cuatro días más tarde, también en Bilbao, el Real Madrid visita la Catedral; el que históricamente es el choque que más se espera, se valora y se quiere ganar en el Botxo. Así se presenta el itinerario de los rojiblancos en los próximos nueve días, que aunque saldrán a competir todos y cada uno de sus partidos, cuentan con unas prioridades que se explican solas conociendo la historia del club de Ibaigane.
De todos modos, hoy se juega en Anoeta un Real Sociedad-Athletic, un destacado capítulo de una rivalidad histórica más que centenaria por la que se juzgará a los protagonistas nada más finalizar el duelo.
Lartaun de Azumendi