Fue un día extremadamente caluroso de agosto en 2016 cuando un jugador de 17 años hasta entonces desconocido saltó sin marca para conectar un centro de Jean-Michael Seri y enviarlo a la red. Su perfecto cabeceo sería el único gol del juego, con el que la era de Lucien Favre en el Niza tuvo un comienzo ganador contra Rennes.
También era apropiado que un graduado de la academia juvenil obtuviera el gol, tanto más dado que nació y se crió en Niza.
"Fue un momento realmente emotivo", dijo el héroe local Malang Sarr después del partido.
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Puede que no haya sido un nombre reconocido en la alineación de ese día para el club al que se unió cuando tenía solo seis años, pero ciertamente lo es ahora, habiéndose establecido como un habitual en la defensa, donde es capaz de jugar tanto en el centro como en la lateral izquierda.
Su debut, que tuvo lugar el 14 de agosto, fue una aventura emocional para un joven que perdió a su padre cuando solo tenía 14 años y creció en el difícil barrio de Les Moulins de la ciudad.
En el campo, también, no todo ha sido sencillo. El estilo de Lucien Favre exige que sus defensores salgan de su terreno con balón controlado, lo que necesariamente conduce a un error ocasional. Aunque el porcentaje de pases de Sarr es alto, un descuido puede ser catastrófico y provocar una pérdida de confianza.
Ciertamente, el jugador de 19 años experimentó eso por un tiempo y esto le dejo temporalmente fuera de la alineación. Sarr, sin embargo, es un joven que saca fuerza de tales situaciones.
"Recuerdo un libro de Guy de Maupassant: un joven pobre que sube la escalera con autosacrificio porque le da la gana", dijo Sarr a Liberation en septiembre, sin duda comparando al protagonista que tanto amaba de su época escolar con él mismo.
Goal+Y ha regresado más fuerte que nunca, a menudo dejando fuera del once a Marlon -cedido por el Barcelona- para jugar junto al experimentado Dante en el centro de la zaga.
La mayor fuerza de Sarr es tal vez su comprensión y lectura del juego. Le permite jugar el fútbol que Favre le exige (hace más de 20 pases por partido más que el defensor promedio con casi un 10% extra de precisión) y también significa que realiza significativamente más intercepciones que el jugador promedio en su rol.
Mientras tanto, las otras áreas de su juego se refinan continuamente, lo que le permite progresar a un ritmo considerable.
Barcelona y Chelsea se encuentran entre los equipos que supervisan su progreso, y dado su historial, hará todo lo que esté a su alcance para finalmente abandonar el club de su ciudad natal y llegar a esas alturas.