El partido entre el Barcelona y Las Palmas se ha celebrado este domingo 1 de octubre a puerta cerrada por "motivos de seguridad", dados los acontecimientos vividos en Cataluña. En Goal hemos querido recopilar las principales diferencias de un partido con las gradas vacías a tenerlo con público.
- Se escucha a través de TV y de la radio las conversaciones entre los jugadores, ya sean compañeros o rivales. Una situación imposible con miles de personas en el estadio
- No hay posibilidad de que el árbitro o un jugador sea agredido con un objeto lanzado desde la grada.
- El entrenador puede dar indicaciones a sus pupilos sin la dificultad de tener que subir la voz.
- El asistente en la banda podrá intuir mejor los fueras de juego al escuchar a la perfección el golpeo del balón, en el momento en el que se produce el pase al futbolista desmarcado.
- Las decisiones del árbitro principal no tendrán la aprobación o las protestas del público. No estará tan condicionado. Tan presionado.
- El portero visitante solo debe preocuparse del partido y no 'distraerse' con lo que escuche desde los fondos del graderío.
- El equipo local no tendrá el clásico runrun de su afición, la cual le avisa si el juego no es el adecuado. Por lo que pueden distraerse más fácilmente.
- Esta circunstancia tan singular de jugar sin público hacer perder cierta ventaja al equipo anfitrión y dar más opciones a su contrincante.