Ousmane Dembélé toma correctamente una de cada diez decisiones sobre un terreno de juego. Las nueve restantes son errores. Pero la única ejecución correcta puede convertirse en decisiva, en una de las claves para que el Barcelona decante un partido a su favor. A Xavi, Dembélé le desespera a la vez que le necesita. Es un jugador de blancos y negros. No hay grises con el francés. Pero el técnico de Terrassa tuvo clarísimo, desde que llegó en octubre de 2021, que una de las prioridades debía ser la renovación del extremo internacional, un futbolista que no convencía para nada a la dirección deportiva y a buena parte de la junta directiva azulgrana, que prefería dejar que se marchara libre a la finalización de su contrato, que se extendía el pasado 30 de junio.
Pero el entrenador -y el jugador, que quería quedarse- ganó la partida y Dembélé firmó un nuevo contrato para seguir vistiendo la camiseta blaugrana durante las dos próximas temporadas. Pese a la llegada de Raphinha, el "mosquito" sigue gozando de la confianza de Xavi. Una convicción que Dembélé está devolviendo con sus exhibiciones en los partidos de pretemporada del conjunto catalán en los Estados Unidos. En partidos sin trascendencia, sin repercusión oficial, pero con los focos encima por tratarse del primer proyecto completo del técnico egarense, Dembélé ha brillado con luz propia.
Ante el Inter de Miami en la Costa Este de Norteamérica, el francés marcó uno de los seis goles del equipo azulgrana con una de sus jugadas favoritas: eslalon de derecha a izquierda, hacia dentro, y disparo con la pierna zurda. Un buen gol. Pero ante la Juventus, en Dallas, sacó a relucir toda su calidad en una primera parte de la que solamente se pudo rescatar la actuación de Dembélé. El '7' anotó dos golazos sorprendiendo a la defensa italiana con varias fintas antes de disparar a puerta. En la primera acción se marchó de Cuadrado y Bremer para terminar la jugada cruzando el balón con la diestra. En la segunda, volvió a dejar sentado a Cuadrado, se deshizo de Locatelli y finalizó con la zurda. Dos goles brillantes en 40 minutos que dan la razón a Xavi Hernández. Por algo el técnico insistió en su renovación.
