180520 Bremen Bayer Leverkusen Vogt Charles AránguizStuart Franklin/Getty

Aránguiz se sacrifica para hacer ganar al Bayer en WESERSTADION

Charles Aránguiz es parecido a Kai Havertz, la estrella de Bayer Leverkusen, porque está en todas partes. Pero es la estrella silenciosa, esa que tiene que -merced a su despliegue- ocuparse de copar los espacios de riesgo dentro la cancha. Su casa es el círculo central y allí nadie lo sobrepasa. Sus salidas de esa zona las deciden la dirección de la pelota, y por lo mismo es el que aparece en todas las acciones defensivas y en el comienzo de las ofensivas. Laborioso, el crack de Chile influyó en la mayoría las facetas del juego de las Aspirinas en WESERSTADION: y casi siempre buscó a un compañero con criterio y visión.

Goleada fundamental

El Werder Bremen fue víctima de los dos tantos de Havertz en el primer lapso y cuando el marcador a favor todavía era mínimo, el Príncipe recuperó el balón para dejarlos a los suyos en superioridad numérica: del resto se encargó Havertz, con la vista puesta en Diaby, que centró para el gol de cabeza de Weiser que sentenció al local y concluyó la faena (aunque luego Demirbay anotaría otro más). En la jugada, que ciertamente propició Aránguiz, el ex Cobreloa estaba en el segundo palo, libre y a disposición para finalizarla también.

Mira todos los goles

Bosz lo relevó sobre los 85, para darle una opción a Paulinho sobre el término. Hizo dos faltas, le cometieron la misma cantidad y fue preciso el 86.3% del tiempo, en un lunes en el que según Opta tocó el balón en 83 ocasiones e intentó 73 pases, además de completar una entrada defensiva, ganar el 40% de sus duelos y, como ha sido habitual, sacrificarse para que los de arriba brillen. Y ahí está: imposible de acallar en la pelea por la Bundesliga, o al menos reeditar su participación en Champions.


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