La final de la Liga de Campeones entre representantes de la Premier League medirá a dos rivales con unas características muy marcadas. Para mi, lo que hace especial al Liverpool es que es un equipo que trabaja muy bien las líneas, muy compacto, en el que defienden y atacan todos. Además, tiene mucha variedad: su medio campo cuenta con jugadores trabajadores, con calidad y llegada, que dan muchas alternativas a los futbolistas de arriba, que al mismo tiempo protegen muy bien a la defensa. Virtudes que le hacen ser muy competitivo.
Tácticamente está dirigido por uno de los mejores entrenadores que hay en la actualidad en el fútbol, Jürgen Klopp. Así que va a ser un partido donde el Liverpool va a imprimir mucha intensidad, queriendo aprovechar los espacios que le pueda generar el Tottenham, sobre todo trabajando como un equipo, que es como ha hecho durante toda esta temporada y tan buen resultado le ha dado.
Por su parte, una de las claves del Tottenham es que tiene jugadores que, desde hace dos o tres años, se conocen muy bien. No han realizado cambios y están dirigidos por el mismo entrenador, Mauricio Pochettino. Por lo tanto, la idea de equipo y de juego la tienen perfectamente aplicada.
En la plantilla hay futbolistas de mucho nivel y calidad, como es el caso de Christian Eriksen, que les aporta mucho trabajo en el medio campo, sobre todo en jugadas de estrategia, y en tareas de llegada ofrece varias opciones. Y en la parte de arriba hay uno de los jugadores más en forma este año a nivel europeo, desde mi punto de vista: Son Heung-min.
Es un equipo muy bien trabajado. Pochettino es un técnico con mucho carácter, por lo que el Tottenham lo aplica en el campo. Por eso han eliminado a grandes clubes como el Manchester City o el Ajax. Es un rival que seguramente le va a causar problemas al Liverpool en acciones de estrategia y en segundas jugadas. Sin duda, veremos un gran espectáculo.
