El Inter ha recuperado a Alexis Sánchez y el verdadero refuerzo chileno para la segunda mitad de la Serie A llega -al dejar atrás su lesión de tobillo- para sumar las variantes que necesita un Antonio Conte que no para de dar cuenta de las escasas opciones con las que cuenta para rotar esquemas y planteamientos tácticos. Por lo mismo, el entrenador busca exprimir a sus valores para cubrir posiciones en las que los especialistas escasean.
Apenas ocho minutos y descuentos de fútbol de AS7 bastaron para que en el Comunale Via del Mare se evidenciara que el ex Colo Colo ofrece cualidades como ningún otro valor en el plantel del Nerazzurri. Posicionalmente no relevó a nadie, ya que se disfrazó de habilitador ubicándose unos metros por detrás de la consolidadísima dupla Lukaku-Lautaro y delante de Barellá y Borja Valero, en un 3-4-1-2 con movilidad.
En la zona de los más talentosos el Niño Maravilla se encontró con una férrea marca y debió hacer uso de sus habilidades en espacios reducidos para descargar y pivotear. Pero no se quedó ahí, ya que en medio de su inquietud por marcar diferencias picó por la izquierda y casi se re-estrena en el Calcio con una asistencia cuando eludió sin dificultades al lateral diestro de Lecce y centró pasado un balón que no conectó Romelu Lukaku.
A falta de precisión, el máximo artillero de La Roja por ahora ofrece destellos de calidad (como ante Cagliari por Coppa Italia) y trabajo físico más intenso para volver a su mejor versión de cara a las resoluciones de las competencias italianas y de la Europa League, con la vista puesta en Ludogorets desde el 20 de febrero. Y no importa dónde. Sánchez quiere estar en la cancha y se ofrece como delantero por dentro, extremo en la línea de volantes e incluso como el más adelantado de los mediocampistas centrales. Polifuncionalidad en pos de claridad ofensiva para el gigante que quiere despertar a punta de títulos.
