Ruben Uria BlogGoal

A la atención del próximo presidente del FC Barcelona

Sin anestesia. El Barça debe 1.173 millones de euros, 730 a corto plazo, mientras que por traspasos aún adeuda 126 y tiene previsto ingresar 46. El dato, escandaloso para unos e insignificante para otros, esconde el crudo futuro del club. Al nuevo presidente del Barcelona le espera una herencia algo más que envenenada, si es que los socios pueden votar y la incompetente gestora lo permite. La situación económica del Barça es grave. No es apocalíptica, pero sí extrema. Mientras los de ‘elecciones lo antes posible’ siguen buscando algo de dignidad para explicar su gestión, el socio toma conciencia de que el club no estaba en buenas manos. Muchos tenían claro quién estaba pudriendo el club y otros están empezando a abrir los ojos ahora. ¿Saben quién presidía la Comisión Económica del club mientras el asunto se desmadraba? El de 'elecciones, lo antes posible'. La zorra y las gallinas.

La cuestión es que, mientras algunos pretenden tapar el sol con un dedo culpando de todo al Covid-19, la realidad es tozuda: se está empezando a negociar un préstamo que rondaría los 100 millones con los futuros traspasos como garantía, la masa salarial supera el 74%, el 22% del presupuesto anual irá destinado a pagar fichajes y el fondo de maniobra es tan negativo que el club podría estar patrocinado por ‘Polaroid’. De propina, esos 10 millones de euros, 5 a corto plazo, que el Barça reconoce que tendrá que pagar al Atleti por derechos preferenciales -que no opción de compra-sobre varios jugadores colchoneros. Una operación que ambos clubes niegan que tenga que ver con el fichaje de Griezmann, pero que, a ojos del aficionado, son la resultante de una chapuza de la que no tienen pruebas, pero tampoco dudas.

Sea quien sea el presidente del Barça, cuestión de que deben decidir sus socios – otros envidiamos esa suerte y somos víctimas del modelo SAD-, el elegido recibirá una ruina económica y deportiva. Tendrá que tener un proyecto serio, tomar decisiones impopulares, vender jugadores, fichar a bajo precio, tirar de La Masia y en el caso de Messi, cumplir lo que le prometa, sin trolas de todo a cien. El próximo presidente del Barça tendrá que reflotar un club en estado de economía de guerra, sacar el machete cubano y tener tener la valentía necesaria para levantar las alfombras y sacar de ahí toda la porquería acumulada, porque falta hace. Que tome nota el futuro presidente. Y que no pase página.

Y de postre, el próximo presidente del Barcelona tendrá que sacar el bisturí para ganar la batalla de la comunicación. Para muestra, un botón: las cuentas del Barça son un escándalo absoluto en Madrid- lo esperado-, mientras que en Barcelona, se pasa de puntillas sobre el asunto -¿no es noticia?-. El próximo presidente del Barça debe saber que una cosa es la opinión pública y otra bien diferente, la publicada. Desde Madrid, se señala el estado comatoso de la economía culé. De primero de nacional-madridismo. Y desde Barcelona, se ignora. De primero de colaboracionismo. El próximo presidente del Barça tendrá que elegir qué merecen sus socios: una prensa entregada al poder o un periodismo afín, pero con espíritu crítico.

Rubén Uría

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