Vergonzoso Laporta, vergonzosa Liga: el Clásico no se repetirá, pero el 'gol fantasma' de Lamine Yamal no puede ocurrir en España

El ingenio de Yamal probablemente merecía un gol. El adolescente se lanzó hacia el primer palo para encontrar el córner derecho de Raphinha y desvió el balón hacia la red con un taconazo. Lunin reaccionó lentamente pero se estiró para detener el remate. Yamal celebró, mientras el resto del equipo azulgrana se quedó confundido.

Soto Grado señaló otro córner y un largo control del VAR determinó que no había pruebas concluyentes de que el balón hubiera cruzado la línea. Todo el calvario duró tres minutos, y mientras los jugadores esperaban la decisión, Soto Grado gritó a los jugadores en el campo que "no había tecnología de portería" disponible para su uso.

Hay que reconocer que el árbitro probablemente hizo lo correcto. Desde su ángulo, en el borde del área penal con una multitud de futbolistas en el medio, es imposible juzgar si el tiro de Yamal cruzó la línea.

El incidente generó debate en las entrevistas posteriores al partido y en las redes sociales, ya que Xavi afirmó que "el sentimiento de hoy es de total injusticia", mientras que el portero del Barça Marc-André ter Stegen lo describió como "vergonzoso para el fútbol". Carlo Ancelotti, por su parte, afirmó que "el disparo de Lamine no fue gol".

Es cierto que es extraño que la tecnología de línea de gol surja como un problema en el año 2024. El sistema se implementó por primera vez a principios de la década de 2010 y se volvió casi omnipresente después de la Copa del Mundo de 2014.

Tiene una historia algo compleja, y los fanáticos de muchos equipos, especialmente en el fútbol inglés, pueden señalar incidentes controvertidos previos que podrían haberse aclarado si la tecnología hubiera estado disponible antes.

Los debates y quejas han ido desapareciendo progresivamente en toda Europa. En 2016, cuando se implementó la tecnología de línea de gol para la Eurocopa y la Liga de Campeones, se consideraba una práctica común. Pero España se ha mantenido firme.

Durante años, el presidente de La Liga, Javier Tebas, se ha resistido al cambio, reacio a gastar los casi 4 millones de euros estimados por temporada que costaría utilizar esa tecnología.

Desgraciadamente, el 'gol' de Yamal no es el único incidente de esta temporada que ha devuelto el debate sobre la tecnología de la línea de gol en España.

Al Celta de Vigo y a la Real Sociedad se les negaron posibles victorias debido a la falta de claridad sobre si el balón cruzó la línea. La Liga y Tebas, sin embargo, se niegan a ceder.

Tebas ha sido históricamente la voz más fuerte contra la implementación de la tecnología de línea de gol. El presidente de La Liga tiene una historia complicada con el uso de la tecnología en el fútbol, ya que inicialmente adoptó una postura anti-VAR antes de adoptarla en 2017.

En aquel entonces, era una cuestión de dinero, pero su decisión se vio bastante forzada por los cambios realizados en otras partes de Europa.

En 2020, argumentó que el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, tiene influencia en la forma en que se implementa el VAR en España. Más tarde ese año, admitió que "el VAR debe mejorarse" después de que la controvertida tecnología no lograra corregir una serie de errores, y le propinó a Los Blancos un desconcertante penalti contra el Athletic Club en junio de 2020.

Pero sigue siendo un acérrimo oponente de la tecnología de la línea de gol. Lo dejó claro el domingo, tuiteando extrañamente capturas de pantalla de cuatro artículos que destacaban los errores cometidos por el sistema en otros países.

Los fanáticos se apresuraron a señalar que los artículos de Tebas estaban todos desactualizados y que todos los errores provenían de un tipo de tecnología anterior que ya no está en uso. De todos modos, su mensaje sigue siendo claro.

Parte del argumento de Tebas, sin embargo, surge del hecho de que el VAR tiende a arreglar los debates relacionados con las decisiones en la línea de gol. Y en ese sentido tiene razón. La revisión del vídeo, sin el complejo sistema 'ojo de halcón' del que tantas veces ha despotricado, ha podido tomar a lo largo de los años una serie de decisiones clave, tanto en España como en el extranjero.

Pero también se han producido numerosos errores cuando se confía únicamente en el sistema. El Clásico del domingo destacó uno de ellos: el VAR, dirigido por humanos, no puede interpretar con precisión los detalles de si un balón ha cruzado la línea.

Algunas de estas decisiones están determinadas por milímetros, márgenes demasiado pequeños para interpretar incluso con el mejor de los ángulos, o con el mejor par de ojos. La inversa también es cierta. En ocasiones, la tecnología de la línea de gol ha fallado.

Todo esto llega en un momento en que se está produciendo un extraño cambio en la forma en que los clubes se comunican con los árbitros y las ligas de fútbol. Durante años, los directivos se pararon ante las cámaras después del pitido final y criticaron a los árbitros.

Algunos incluso se volvieron muy buenos en eso, con José Mourinho dominando el arte de "criticar sin decir nada" con su famoso discurso "Prefiero no hablar" en 2014 después de que el Chelsea perdiera ante el Villa.

Pero ahora, coincidiendo con la implementación del VAR, esas declaraciones tienen el respaldo de los clubes involucrados. El Liverpool fue quizás el ejemplo más flagrante, sugiriendo que podrían pedir que se repitiera su partido con el Tottenham después de que un error del VAR le negara un gol al equipo de Jurgen Klopp en una eventual derrota por 2-1.

El Arsenal hizo algo similar, respaldando a su entrenador después de que Mikel Arteta criticara a los árbitros tras su controvertida derrota ante Newcastle.

Más recientemente, la cuenta X del Nottingham Forest hizo la extravagante afirmación de que el VAR para su partido contra el Everton era dirigido por un fanático del Luton y, por lo tanto, trabajaba activamente contra el club.

Cada vez, esas declaraciones, que tienden a cuestionar la integridad del juego y que se originan en sentimientos egoístas de injusticia o sentimientos anti-liga, y usan el disfraz de "mejorar el nivel del arbitraje". La realidad suele ser diferente.

De cualquier manera, se ha convertido en una práctica común, y las incendiarias palabras de Laporta no son diferentes. No hay ninguna conspiración contra el Barcelona. El árbitro hizo su trabajo y el partido no se repetirá. Pero esta vez, el presidente puede tener razón en algo: La Liga necesita cambiar su forma de actuar.