¿Último regreso a Anoeta? El amor de Antoine Griezmann por la Real Sociedad y la historia de un niño francés criado como Txuri-urdin

Antoine Griezmann nació y pasó su infancia en Mâcon (Francia), pero tiene raíces portuguesas. Su abuelo materno, Amaro Lopes, había dejado la vida de futbolista profesional en Portugal para emigrar a Francia, donde trabajaría en la construcción.

Su primer equipo fue del distrito francés donde vivía, Mâcon (Charnay-lès-Mâcon, que posteriormente se fusionaría para formar la Union du Football Mâconnais). Su crecimiento futbolístico fue notorio. En consecuencia, los cazatalentos de algunos clubes franceses le invitaron a hacer pruebas: Auxerre, Lyon, Sochaux, Saint-Étienne, Metz o Montpellier. Pero su pequeña estatura hacía que las academias francesas lo rechazaran, hasta que llegó la Real Sociedad.

Con 13 años abandonó su ciudad natal para instalarse en Bayona con su descubridor, Eric Olhats, y ser futbolista de la cantera txuri-urdin. Fue Zubieta, la academia de la Real Sociedad, la que apostó por la estrella internacional y campeón del mundo que hoy sigue brillando en el Atlético Madrid.

La llegada de Griezmann al primer equipo se dio por un hecho fortuito. Como explicó hace unos años el entonces director general de la institución vasca, Iñaki Otegui, el uruguayo Martín Lasarte, entonces entrenador de la Real, quedó impresionado cuando le dio la posibilidad de trabajar con los más grandes.

"Se había lesionado el extremo izquierdo y el segundo también estaba lesionado, entonces el míster pidió al delantero del San Sebastián, que es el segundo equipo, pero éste también estaba lesionado y fue ahí cuando subió Antoine en un entrenamiento", contaba Otegui al diario "Infobae".

"Tenía 18 años y todavía no había debutado en el filial porque estaba en la pretemporada, pero cuando lo vio el entrenador dijo: ¡Hostia, éste no baja más!".

En efecto, el joven francés debutó con 18 años para suplir la baja de Bingen Erdozia como extremo zurdo en un partido de pretemporada en Azkoitia ante el Anaitasuna el 1 de agosto de 2009. El delgado delantero llamó la atención del público y desde ese partido pasó directamente al primer equipo sin pasar por el filial.

Griezmann debutó en la segunda parte de un partido en el que para la Real salían de inicio Claudio Bravo, De la Bella, Gorka Elustondo o Labaka. El choque quedó sentenciado antes del minuto veinte, con dos goles de Imanol Agirretxe y otro de Ansotegi. Xabi Prieto, capitán y con el diez a la espalda, participó en las tres jugadas.

Tras el descanso, Lasarte dio entrada a un once completamente diferente con Mikel González, Markel Bergara, Asier Illarramendi o Zurutuza, y también con el debut de Griezmann, quien, según la crónica de El Diario Vasco de ese día, «cautivó al público con un caño junto al córner y luego completó la goleada» con un gol. El primero de varios.

Griezmann sería una de las piezas clave para el ansiado regreso de la Real a Primera División, que tuvo lugar esa misma temporada 2009-2010. Dejó icónicas celebraciones tras anotar como subirse a un coche de patrocinio aparcado en las pistas del antiguo Anoeta o lanzarse en plancha a la nieve retirada a un costado del césped.

Fueron muchas alegrías -y goles- las que Griezmann le dio a la Real hasta mediados de 2014, fecha en la que se marchó al Atlético de Madrid. En total, fueron 202 partidos en los que marcó un total de 53 goles como Txuri-urdin.

En julio de 2014, el Atlético hacía oficial la contratación del delantero francés, por el que pagaba un total de 30 millones de euros, la misma cifra que aparecía en la cláusula de rescisión del jugador. Pero al haber alcanzado un acuerdo con los donostiarras, el Atlético se vio exento de tener que pagar los impuestos correspondientes al hacer efectiva una cláusula de rescisión.

Griezmann se despediría de la Real Sociedad la tarde del 28 de julio de 2014 en una breve comparecencia pública en la que deseó que le "vaya bien" a su exequipo. "Llegué como un niño y me voy como un hombre", leía de un texto que llevaba preparado, tras el cual no hubo preguntas.

La carta completa que leyó es la siguiente:

"Llegué cuando aún no había cumplido los 13 años y vosotros me abristeis las puertas de vuestra casa. Fuisteis los primeros y únicos que confiasteis en mi. Mis inicios en la Real no fueron fáciles. Después de varios años en las categorías inferiores, gracias a mucho trabajo y sacrificio, llegué al primer equipo con el único objetivo de jugar en la máxima categoría del fútbol, y una vez más, gracias a vuestro incondicional apoyo, lo logré. Hoy sólo puedo daros las gracias por todo, por obligarme a madurar, por enseñarme todo lo que sé y por hacer que cumpliese mi sueño, vivir de lo que me apasiona, el fútbol. Me gustaría nombraros a todos, pero no acabaría jamás, por ello solo puedo decir; gracias a los entrenadores en cuyas manos he estado, por confiar y exigirme cuando lo han creído oportuno. Gracias a toda la directiva por estar encima, tanto en las buenas como en las malas, gracias al cuerpo técnico y médicos, sin los cuales nada hubiese sido lo mismo; gracias a los periodistas por vuestros comentarios, por la experiencia que me habéis dado, a mis compañeros y ex compañeros, por hacerme creer en un verdadero proyecto tanto dentro como fuera del campo y por no haberme puesto las cosas fáciles, y, por supuesto, a vosotros, los aficionados, por el apoyo incondicional día tras día. Gracias Donosti, gracias Guipuzcoa. Después de hacer realidad el sueño de todo canterano, ascender a Primera División y jugar la Champion League con tu equipo, necesitaba nuevos retos, nuevas dificultades y este verano el Atlético de Madrid me ha brindado esa oportunidad. Una oportunidad, a la que no he querido decir "no". Este año, como todos los demás, volveré a trabajar por dar lo máximo de mí. Aunque no vista la camiseta txuri-urdin, aunque no viva en Donosti, jamás podré olvidar nada de esto".

Griezmann siente amor por la Real Sociedad. Es un agradecido del club que le dio la oportunidad de jugar en Primera División y eso nunca lo olvidará. Su agradecimiento llega al punto de haber asegurado más de una vez que nunca celebrará un gol contra la Real.

"No, nunca celebraré contra la Real porque me lo dieron todo y gracias a ellos estoy aquí", prometió y cumplió Griezmann, quien marcó ocho goles (dos de ellos de penalti) y dio cuatro asistencias ante la Real Sociedad desde que abandonó el club hace poco más de 10 años. Lo logró en 22 partidos (10 de ellos en Anoeta), 21 de LaLiga y uno de la Supercopa de España. En total, registra 15 victorias, tres empates y tres derrotas contra los donostiarras.

Hasta la venta de Alexander Isak al Newcastle por 70 millones de euros en 2022, Griezmann era el el jugador que más ingresos por traspasos había aportado a la Real Sociedad.

Cabe recordar que en su día la entidad colchonerapagó 30 millones de euros por él, pero el club vasco se embolsó 24 'kilos' más por el 20% de los 120 millones que pagó el FC Barcelona al Atlético de Madrid.

Ni todas las alegrías, ni todos los goles, ni esos 54 millones de euros que ha dado a la Real Sociedad evitaron que Griezmann fuera recibido con pitos en Anoeta más de una vez. Tal vez no tan ruidosos como los que le brindaron en el Metropolitano cuando le tocó volver a Madrid con el Barcelona, pero los hubo en ocasiones.

Muchos aficionados quedaron disgustados por las formas de su marcha y cada vez que volvió, más de uno se lo recordó. Por ejemplo, en un partido de 2019, cuando se anunció su nombre por megafonía, parte de la grada mostró su rechazo. El proceso se repitió cada vez que tocó el balón. La intensidad de los pitos decrecía con el paso de los años, pero en mayo de 2024 Anoeta tuvo que acallar los cánticos de "Griezmann, muérete".

No había mucho en juego una vez la Real Sociedad y el Atlético de Madrid habían certificado sus objetivos principales en Liga semanas atrás. Aun así, puesto el balón a rodar los futbolistas de ambos equipos querían llevarse el encuentro. Y uno de los duelos lo protagonizaba el propio Griezmann con Take Kubo. En uno de sus lances, ya en el segundo tiempo, parte de la grada Aitor Zabaleta gritó "Griezmann, muérete", un cántico que rápidamente fue respondido por buena parte del estadio con silbidos, que taparon esos gritos.

Antoine anunció hace pocos días su adiós a la Selección de Francia, una retirada internacional que sugiere el cercano fin de su tiempo en la élite del fútbol mundial.

"Con el corazón lleno de recuerdos cierro este capítulo de mi vida. Gracias por esta increíble aventura tricolor. ¡Nos vemos pronto!", escribió Griezmann en sus redes sociales días atrás. El campeón del mundo en 2018 fue titular en tres de los últimos cinco partidos de Francia, pero creyó que es un buen momento para dar un paso al costado.

"Hoy, con gran emoción, anuncio mi retirada de la selección francesa. Después de 10 años increíbles marcados por desafíos, éxitos y momentos inolvidables, es hora de pasar página y hacer espacio a la nueva generación. Lucir esta camiseta fue un honor y un privilegio. Dejo la selección con un sentimiento de orgullo y agradecimiento. Tuve el honor de representar a nuestro país y tuve la oportunidad de vivir momentos extraordinarios, como el título mundial. Seguiré siguiendo a Les Bleus con gran pasión. Estoy seguro de que el futuro es brillante y no puedo esperar a ver brillar a la próxima generación", añadía.

Algunas informaciones ubican a Griezmann lejos de la élite del fútbol europeo cuando acabe la actual temporada. El medio francés "L'Equipe" informó que el zurdo está despertando el interés de clubes de la MLS en Estados Unidos. Entre ellos, Los Angeles FC, equipo que cuenta con dos de sus excompañeros franceses, Hugo Lloris y Olivier Giroud. Al genio rojiblanco, eso sí, todavía le queda un año de contrato en el Atlético, con opción a ampliarlo uno más.

Si una salida a los Estados Unidos -u otro destino lejos de España- se concretara, Griezmann estará jugando el próximo domingo su último partido en San Sebastián. Por las dudas, sería oportuno que Anoeta le brinde una buena y merecida ovación.