Misión milagrosa. No tanto por lo que es la Atalanta, un equipazo a pesar de la derrota en la final de la Copa de Italia, sino por la fortaleza del súper Bayer Leverkusen de Xabi Alonso. Sigue invicto y es aparentemente imbatible.
En Dublín, la principal curiosidad de cara a la gran final es precisamente ésta: comprender cómo el equipo de Gian Piero Gasperini podrá derribar el muro casi infranqueable levantado por los alemanes, recientes campeones de la Bundesliga y dueños de una larga racha invicta que le puso en la final de la Europa League y también de la Copa de Alemania.
Parece una especie de misión imposible, como se ha escrito. El Leverkusen lleva 51 partidos consecutivos sin perder, una racha monstruosa que no da señales de terminar. Y tiene toda la intención de ganar invicto el triplete. Nadie lo ha logrado nunca. Pero la Atalanta intentará que no sea así.
"La Dea" tiene la obligación de soñar, de creer, como lo intentó la Roma en la semifinal ante el Bayer, cuando estuvo cerca de forzar la prórroga en Alemania. Cuentan con el regreso de Gianluca Scamacca, ausente en Roma ante la Juventus por la final de la Coppa Italia. A los nerazzurri no le faltarán motivos para creer en la hazaña.