En 2018, Aurelio De Laurentiis había elegido al mejor técnico posible. Lo había hecho para no lamentar el sarrismo, cuando era necesario avanzar en el estilo: ¿traducción? Carlo Ancelotti, no cualquiera.
El Napoli había acabado en manos de oro, lo mejor que podía haber sobre el papel en ese momento para digerir la despedida del 'Comandante' casi ganador del Scudetto y subir definitivamente el listón: pero cuando no encaja, no funciona. No insistas. Así es en el amor, así es en la vida en general. Y así fue entre Ancelotti y Napoli, en un año y medio en el que la mecha se encendió a mitad de camino y el epílogo fue la despedida.
Carletto también se fue del Real Madrid, pero luego volvió: una cuestión de química, algo que sientes por dentro y que te une sin pensar. En Nápoles, en cambio, se ha dado demasiado espacio a la racionalidad, lo contrario de lo que incendia una ciudad con altísimos decibelios emocionales. ¿Por qué fracasó un profesional con tan buenos antecedentes? El Napoli no entendió a Ancelotti, Ancelotti no entendió al Napoli.











