Seamos sinceros: el City ni siquiera estuvo en su prime esta temporada. Kevin De Bruyne estuvo fuera por lesión durante la mitad de la campaña y Erling Haaland marcó 27 goles en la liga, nueve menos que en 2022-23. El hecho de que igualmente ganaran la el título tras mantenerse invictos desde diciembre, no habla nada bien sobre la supuesta competencia de la Premier. Como tampoco lo hace el rendimiento bastante vergonzoso de los equipos ingleses en Europa esta temporada.
El City obviamente podía haber vencido -y debería haberlo hecho- al Real Madrid en los cuartos de final de la Liga de Campeones, pero la mansa eliminación de Arsenal en la misma instancia a manos del Bayern Munich más débil que se ha visto en más de una década dejó muy mal parados a los hombres de Mikel Arteta. Aún así, al menos los Gunners lograron superar la fase de grupos, a diferencia de lo que ocurrió con Newcastle y Manchester United.
En la Europa League, Brighton lo hizo maravillosamente bien al clasificarse directamente a los octavos de final pero espantosamente mal en su eliminatoria contra la Roma, mientras que West Ham tuvo la mala suerte de encontrarse con el brillante Bayer Leverkusen en los cuartos de final. Pero la dura derrota del Liverpool contra Atalanta en la ronda de los mejores ocho, sumada a la paliza del Olympiacos al Aston Villa en las semifinales de la Conference League, resultaron en que Inglaterra perdiera una plaza extra de Champions que se daba por sentada.
Así, resulta imposible sostener desde los hechos la idea de que la Premier League está llena de equipos de primer nivel. A comienzos de la actual temporada, algunas personas argumentaban que si el Brighton compitiera en la Serie A, sería campeón sin mayores problemas: en marzo, las Gaviotas se volvieron de Roma con una categórica derrota 4-0.
Por lo tanto, mientras muchos fanáticos ingleses son completamente indiferentes al éxito sostenido del City, en el resto del continente muchos disfrutan por la forma en que el dominio abrumador del equipo de Guardiola ha dejado expuesta la gran mentira de la Premier League.