Los 7 grandes desafíos que el PSG deberá superar frente al Liverpool

El ataque de Liverpool hace temblar a toda Europa. Con 17 goles anotados en solo ocho partidos de Liga de Campeones esta temporada, los hombres de Arne Slot poseen una de las fuerzas de ataque más temibles del continente. En el corazón de esta maquinaria ofensiva, Mohamed Salah sigue desafiando las leyes del tiempo: 30 goles y 22 asistencias en 39 apariciones en todas las competiciones en 2024-2025. Estadísticas vertiginosas que lo convierten siempre en uno de los jugadores más decisivos del mundo.

Para neutralizar esta amenaza, Luis Enrique deberá afinar su plan defensivo. Nuno Mendes, por su velocidad e impacto físico, parece el candidato ideal para contener al egipcio en sus incursiones hacia el interior. Pero es sobre todo cortando los circuitos de pases entre el medio y el ataque como el París podrá limitar la influencia de los Reds. Una marca estrecha sobre los creadores como Dominik Szoboszlai y Alexis Mac Allister será esencial para asfixiar la alimentación del trío ofensivo completado por Darwin Núñez y Luis Díaz.

En su zona, Marquinhos tendrá que desempeñar el papel de líder y asegurar la cobertura, mientras que Pacho deberá imponerse en los duelos aéreos frente a Núñez, particularmente peligroso en el área. El PSG deberá también tener cuidado con las combinaciones rápidas entre los atacantes de los Reds, capaces de perforar una defensa en pocos pases. La agresividad y la anticipación serán las palabras clave para esperar contener este rodillo compresor ofensivo.

Tras la salida de Kylian Mbappé, el PSG tuvo que reinventarse ofensivamente. Una transformación que ha llevado a un colectivo más impredecible y peligroso desde todas partes. El reciente 7-0 contra Brest lo atestigua: siete goleadores diferentes encontraron el camino al gol, un récord histórico en la Liga de Campeones que ilustra esta nueva dinámica. En sus últimas cuatro salidas, el equipo parisino ha anotado 21 goles, confirmando su eficacia ofensiva.

Ousmane Dembélé (18 goles en 2025) se ha impuesto como el líder técnico y estadístico de este renovado ataque. Un papel que lo aproxima a Mohamed Salah en el Liverpool: un extremo goleador capaz de provocar, recortar hacia el centro y concluir. Su dúo con Bradley Barcola en el flanco izquierdo, apoyado por las alternativas que son Désiré Doué y Khvicha Kvaratskhelia, ofrece a París una variedad ofensiva inédita. En la punta, Gonçalo Ramos aporta una presencia física valiosa, capaz de fijar a los defensores y liberar espacios para sus compañeros.

Frente al Liverpool, la clave será mantener esta fluidez ofensiva contra una defensa que solo ha encajado 5 goles en la Liga de Campeones. Barcola, con sus regates incisivos, podría explotar las fallas defensivas de Trent Alexander-Arnold, a veces sorprendido por velocidad. Kvaratskhelia y Doué también tienen la capacidad de provocar, pero sobre todo, Dembélé, quien se ha convertido en el factor X del PSG, tendrá un papel crucial. Su imprevisibilidad y su capacidad para encadenar regates y disparos serán armas temibles contra el bloque inglés.

La entrada en juego de Ramos, con su papel de pivote, podría ser valiosa para fijar a Van Dijk y crear huecos. París deberá combinar movilidad y precisión para transformar sus acciones en ocasiones claras, de lo contrario, el Liverpool podría aprovechar cualquier error para castigar a los parisinos en el contragolpe.

Para esperar tomar la delantera sobre Liverpool, París deberá dictar el ritmo e impedir que su adversario desarrolle su juego. Esto se logra mediante una presión intensa y coordinada desde la salida de los Reds, particularmente vulnerables bajo presión (12 errores que llevaron a un tiro en su campo en la Premier League esta temporada).

Al ejercer una contrapresión inmediata tras la pérdida del balón, los jugadores de Luis Enrique pueden sofocar las primeras salidas inglesas. Esta temporada, París ha mostrado una capacidad impresionante para mantener una alta intensidad colectiva, recuperando en promedio más de 43 balones por partido en la Liga de Campeones.

En este dispositivo, João Neves aparece como una pieza clave. Verdadera máquina de presionar (4,82 balones recuperados por partido esta temporada), el joven prodigio portugués deberá hostigar sin descanso a Szoboszlai mientras que Vitinha, como director de orquesta, tendrá la misión de bloquear las salidas de MacAllister. Esta presión constante tendrá una doble ventaja: mantener a Liverpool bajo presión lejos del arco parisino y recuperar balones en lo alto del campo, ofreciendo así oportunidades ofensivas adicionales.

El corazón del juego será un campo de batalla decisivo. El PSG muestra un promedio de 60,7 % de posesión en la Liga de Campeones, pero el Liverpool no es un equipo que sufre: con un 54,6 % de posesión en promedio, los Reds saben imponer su ritmo y romper el del adversario. El enfrentamiento entre el trío parisino Vitinha – João Neves – Fabián Ruiz y la pareja Mac Allister – Szoboszlai, potencialmente completada por Ryan Gravenberch, se anuncia crucial.

El desafío para París será impedir que el Liverpool instale su juego, especialmente limitando la influencia de Dominik Szoboszlai, capaz de acelerar y romper líneas con una simple toma de balón. João Neves, por su agresividad y volumen de juego, deberá acosar al húngaro e impedirle dictar el ritmo. Paralelamente, Vitinha, con su juego de primer toque y su 92 % de pases acertados en la C1, será el hombre clave para París en la construcción y conservación del balón.

Fabián Ruiz, si es titularizado, deberá asegurar el enlace entre el mediocampo y el ataque, distribuyendo pases precisos hacia Dembélé, Barcola o Kvaratskhelia. Su rol será también aportar una presencia física, especialmente frente a Mac Allister, cuya capacidad para recuperar y orientar el juego es una de las fortalezas del Liverpool.

Pero más allá de la posesión, París deberá sobresalir en los duelos. Si los Reds imponen su intensidad y recuperan los segundos balones, el PSG podría rápidamente quedar asfixiado. El desafío será mantener el control sin exponerse, evitando las pérdidas de balón peligrosas y manteniendo una circulación fluida del balón para agotar al adversario.

La batalla del mediocampo determinará en gran parte la resolución del partido. Si París quiere dictar el juego, deberá dominar esta zona, al mismo tiempo que estará listo para responder a la intensidad de los Reds.

Si marcar es crucial, no encajar lo será igualmente. Hasta ahora, el PSG recibe un promedio de 0,9 goles por partido en la Liga de Campeones, una cifra honorable pero superior a la de Liverpool (0,63 goles por partido). Frente a un equipo que ha convertido el 68 % de sus ocasiones claras en la C1, el más mínimo error defensivo podría ser fatal.

En este contexto, Marquinhos, como líder de la defensa, deberá ser irreprochable. Su liderazgo y su 65 % de duelos aéreos ganados serán valiosos frente a Darwin Núñez, un delantero siempre amenazante en el área. A su lado, Pacho aportará su agresividad y su lectura del juego para anticipar los movimientos del rival.

Pero la vigilancia no deberá limitarse al eje central. Achraf Hakimi y Nuno Mendes tendrán un doble papel: aportar peligro ofensivamente, pero también gestionar las amenazas que son Luis Díaz y Salah. El egipcio, capaz de aparecer en cualquier momento, exigirá una concentración máxima. Mendes, con su velocidad y su rigor defensivo, deberá limitar sus subidas demasiado arriesgadas para evitar dejar a Salah en un uno contra uno.

Los tiros de esquina y las faltas también serán un factor clave. Con jugadores como Van Dijk y Konaté, Liverpool sobresale en este ámbito. París deberá ser inflexible en el aire, con un Marquinhos atento al marcaje, y un portero listo para intervenir.

El PSG no podrá conformarse con solo atacar. Contra Liverpool, un error defensivo puede ser suficiente para poner todo en peligro. Para esperar un resultado positivo, la intensidad y el rigor defensivo deberán ser absolutos durante 90 minutos.

El Liverpool de Arne Slot no es un equipo que se lanza sistemáticamente al ataque. A diferencia del Liverpool de Klopp, que imponía un gegenpressing asfixiante, la versión actual de los Reds sabe alternar los ritmos y golpear en el momento oportuno. Esta capacidad de hacerse el muerto antes de acelerar bruscamente es una de sus armas más temibles.

Con jugadores como Mohamed Salah y Luis Díaz, Liverpool sobresale en los ataques rápidos, a menudo iniciados en una recuperación alta o una pérdida de balón mal gestionada por el adversario. El peligro? Que el PSG se vea castigado incluso cuando domine.

Para contrarrestar esta amenaza, Luis Enrique deberá imponer un equilibrio táctico estricto. João Neves, ya esencial en la recuperación, deberá a veces permanecer en retaguardia para servir de centinela y cortar las transiciones adversarias. Vitinha y Fabián Ruiz deberán evitar cualquier precipitación en las transmisiones, ya que un pase mal ajustado puede ser suficiente para desencadenar un contragolpe letal.

Los laterales parisinos, Hakimi y Mendes, deberán gestionar inteligentemente sus subidas. Frente a un adversario que explota el más mínimo espacio dejado a sus espaldas, un repliegue defensivo rápido será esencial para no ofrecer autopistas a Salah y Díaz.

Finalmente, Dembélé, Barcola y Kvaratskhelia, aunque enfocados en el ataque, deberán también asegurar un pressing a la pérdida para impedir que el Liverpool salga demasiado fácilmente. Cada transición mal gestionada será una oportunidad para que los Reds golpeen fuerte y pongan en aprietos a París.

La disciplina táctica y la gestión del balón serán, por lo tanto, elementos clave. París tendrá la posesión, pero deberá utilizarla con inteligencia para no caer en la trampa de los contragolpes relámpago de Liverpool.

Si el PSG quiere dar un gran golpe frente al Liverpool, deberá aprovechar plenamente la ventaja de jugar en casa. Con un 89 % de victorias en el Parque esta temporada, el club parisino ha transformado su bastión en una fortaleza inexpugnable. La atmósfera eléctrica del estadio deberá jugar su papel para presionar a los Reds desde los primeros minutos.

Históricamente, París ya ha sabido dominar al Liverpool en su terreno. En 2018, durante la fase de grupos, el PSG se impuso 2-1 en el Parque después de haber sido derrotado en Anfield. Esta vez, el desafío es mucho mayor, y un comienzo agresivo será crucial para tomar la ventaja psicológica.

Marquinhos lo ha destacado: «Debemos aprovechar el Parque, esa pasión única». En este tipo de enfrentamientos, el primer gol puede cambiarlo todo. París deberá imponer una presión intensa desde el inicio, hacer retroceder al Liverpool y obligar a sus defensores a manejar la velocidad de Dembélé y Barcola a sus espaldas.

Luis Enrique también podrá contar con su banco de suplentes, un gran activo. Khvicha Kvaratskhelia, por ejemplo, puede cambiar el rumbo del partido, especialmente frente a una defensa inglesa que podría sentir el desgaste físico.

Pero el aspecto mental también será determinante. París ya ha pagado caro algunos colapsos en la Champions. Esta vez, habrá que mantenerse lúcido y evitar los errores de distracción que podrían salir caros. Liverpool es un equipo que castiga instantáneamente: cada relajación podría ser fatal.

Un PSG conquistador, llevado por su público, tiene las armas para tomar una ventaja antes del regreso a Anfield. Pero eso requerirá 90 minutos de intensidad absoluta, sin el menor fallo.

Liverpool - PSG, es más que un choque. Es el enfrentamiento entre una referencia europea y un aspirante que quiere instalarse entre la élite. Por un lado, los Reds y su fútbol incisivo a varias velocidades; por otro, el París de Luis Enrique, en busca de validación continental.

Pero esta vez, París llega con certezas. Desde diciembre, el club encadena actuaciones impresionantes, con victorias convincentes frente a Stuttgart, Salzburgo y Manchester City. Ciertamente, algunos adversarios estaban disminuidos, pero el ascenso del PSG es innegable.

El desafío será demostrar que esta dinámica puede extenderse a los grandes encuentros. Un pressing inteligente, una defensa rigurosa y el brillo de Dembélé, Barcola y compañía serán las claves. Pero más que nada, París deberá mostrar que ha superado el estadio de las ilusiones perdidas.

Frente a un Liverpool siempre temible, no bastará ser brillante por intervalos. El PSG debe ofrecer una actuación completa, madura y estratégica. Porque este encuentro no decidirá solo una clasificación: definirá el verdadero estatus del PSG en Europa.

Ha llegado el momento de escribir la historia.