Lionel Messi vs Cristiano Ronaldo: La rivalidad más grande del fútbol se queda sin su último capítulo por una cruel lesión

"No veremos a Messi contra Ronaldo. Cristiano está en la etapa final de su recuperación y esperamos que en los próximos días pueda comenzar a trabajar con el equipo. Estará ausente en el partido", dijo el entrenador de Al-Nassr en la previa del partido.

No fue una completa sorpresa, por supuesto: días atrás, el equipo saudí había cancelado intempestivamente su viaje a China debido a preocupaciones sobre la condición física del portugués. Pero eso no suavizó el golpe para quienes esperaban ver a las dos estrellas enfrentarse una vez más.
Es cierto, anteriormente ya ha habido varias ocasiones en las que se llegó a afirmar que nos despediríamos de la rivalidad Messi vs Ronaldo. La primera fue después de que CR7 dejara el Real Madrid para ir a la Juventus en 2018, lo que significaba que ya no habría -de mínima- dos cruces entre ambos en cada temporada de LaLiga.

Se hicieron afirmaciones similares cuando el luso se mudó al Arabia Saudita a fines de 2022, poniendo fin a cualquier esperanza de más duelos en la Liga de Campeones entre ambos. Para cuando el portugués y el argentino se enfrentaron en un amistoso entre el Paris Saint-Germain y un XI de la Liga Pro saudí en enero de 2023, los fanáticos habían aceptado que probablemente no habría más oportunidades de ver al dúo compartir una cancha.

El partido del jueves en el Kingdom Arena de Riad ofrecía la oportunidad de presenciar a los legendarios compañeros de sparring enfrentarse una vez más, pero ahora esa opción quedó cruelmente descartada.

Dicho esto, todavía hay alguna posibilidad de que pueda haber un último encuentro entre dos jugadores que se han repartido 13 Balones de Oro durante la última década y media. Se podrían programar más amistosos, tanto de clubes como de selecciones, mientras que la posibilidad de que Miami y Al-Nassr se clasifiquen para la Copa Mundial de Clubes 2025 también está muy viva. Incluso si no hay más partidos entre dos equipos oficiales, la industria del fútbol mueve el suficiente dinero como para que alguien logre organizar algún tipo de partido de despedida dedicado a la legendaria rivalidad.

Por ahora, tenemos que aceptar que, incluso si volvemos a ver a estos dos competir entre sí, no quedan muchas veces. Y para millones de fanáticos, eso es triste. Sin dudas, es el fin de una era.

Para aquellos que no lo vivieron, es difícil explicarles con precisión cómo se vivían aquellos Clásicos entre el Real Madrid y el Barcelona. No había ningún partido como este en ningún otro lugar del mundo; ningún cruce en el que el nivel fuera tan alto, ni la competencia tan feroz.

Esos años del equipo blanco de José Mourinho contra el blaugrana de Pep Guardiola fueron verdaderas batallas campales. Incluso la rivalidad llegó a generar grietas internas en la Selección española durante algún tiempo. La competencia era tan reñida y los partidos tan feroces, que los jugadores -que eran la columna vertebral de la Roja- no podían dejar de lado las tensiones una vez que se convertían en compañeros.

Messi y Ronaldo, por supuesto, estaban en el centro de atención en todo momento. Eran los dos mejores jugadores de los dos mejores equipos, estableciendo récord tras récord de todas las formas imaginables. Había batallas por todo el campo en aquellos días, pero el mundo estaba pendiente para ver cómo Leo superaría a Cristiano, o viceversa.

Durante más de una década, no había forma de detener a Messi o Ronaldo. Y lo que los hacía tan especiales no era sólo lo que hacían dentro del campo, sino cómo lo hacían.

En definitiva, Ronaldo ganó dos títulos de LaLiga y cuatro trofeos de la Champions League mientras estuvo en el Real Madrid. Sus actuaciones, especialmente en la gran competición europea, fueron legendarias. Hay pocos, si es que hay alguno, mejores jugadores en partidos grandes en la historia de este deporte. Cuando los focos más lo iluminaban, Ronaldo se destacaba.

Mientras tanto, Messi ganó LaLiga un total de 10 veces y también se llevó cuatro Ligas de Campeones. Durante años, sabías que cuando Barcelona llegaba a la ciudad, te esperaba un espectáculo. Ya sea acompañado de Ronaldinho, Thierry Henry, Samuel Eto'o, Neymar o Luis Suárez, Messi era el maestro de ceremonias. Ayudó a Barcelona a hacer cosas impensables durante un reinado implacable en lo más alto del campeonato español.

Entre los dos, ganaron 10 Balones de Oro consecutivos antes de que Luka Modric pusiera fin a su dominio incomparable en 2018. Messi, por supuesto, volvería a ganar el trofeo un año después, con Ronaldo también terminando entre los tres primeros.

En cuanto a goles, los números son astronómicos. Messi tiene 715 goles en su carrera profesional entre el Barcelona, el PSG y el Inter Miami y 106 más con la Selección argentina. ¿Ronaldo? Ha marcado 745 goles hasta ahora en su carrera en clubes, con 128 más -un récord mundial para el fútbol internacional masculino- anotados con la selección de Portugal.

Muchos de esos goles fueron marcados mientras competían entre sí. Ambos se usaban como combustible, con los logros del otro empujándolos a alcanzar niveles más altos.

En ciertos aspectos, Messi y Ronaldo son polos opuestos.

Por un lado, está Cristiano, el espécimen físico bendecido con una condición atlética inigualable y una ética de trabajo sin igual. Su destreza fue perfeccionada durante horas y horas tanto en el gimnasio como en el campo de entrenamiento. Ningún jugador trabajó más duro y, durante algún tiempo, ningún goleador fue mejor que Ronaldo. Era una fuerza físicamente imparable, que aterrorizaba a defensores tras defensores con velocidad, fuerza y, lo más importante, un fuego competitivo innegable.

Y luego, por otro lado, está Leo. Pequeño, tranquilo, modesto... Parece más un aficionado que un futbolista. Pero en el momento en que la pelota toca sus pies, ocurre la magia. Cuando Messi juega, el juego de alguna manera se acelera y se desacelera. El día que nació en Rosario, los dioses del fútbol decidieron sonreír, bendiciéndolo con la innata capacidad de moldear los partidos a su voluntad.

Tenían dos enfoques totalmente diferentes del juego y personalidades muy diferentes. Ronaldo era histriónico y ruidoso. A menudo posaba con poca ropa, flexionando su cuerpo esculpido sólo para mostrar cuánto trabajo había puesto. Messi, mientras tanto, siempre se mantuvo mucho más reservado, mostrando pocas emociones a menos que se viera obligado a hacerlo.

A pesar de sus diferencias, esta rivalidad nunca se volvió personal. Entre ambos siempre hubo respeto, tanto dentro como fuera del campo de juego.

Los debates Messi-Ronaldo son un verdadero lodazal en las redes sociales. Con demasiada frecuencia, ese tipo de discusiones se descontrolan, con ataques personales volando sobre los logros de dos futbolistas a los que nadie involucrado ha conocido nunca.

Pero eso es en internet. La vida real siempre ha sido muy diferente. En general, Messi y Ronaldo se han tratado con respeto, reconociendo el nivel que el otro ha alcanzado. Distinos reportes han mencionado que detrás de las cámaras, al menos en el caso del portugués, el tono ha sido diferente, pero públicamente, los dos siempre han aprovechado la oportunidad para elogiarse mutuamente.

"Siempre lo dije y él también, lo de la rivalidad es algo más armado por la prensa que por nosotros", dijo Messi a Tencent Sports en 2017. "Los dos Intentamos lograr lo mejor cada año para nuestro equipo, y lo que se dice fuera de eso no creo que sea muy importante. Él es un jugador fenomenal con mucha calidad. Todo el mundo lo sabe, y por eso es uno de los mejores del mundo", remarcó.

El argentino incluso llegó a admitir que extrañaba a Ronaldo después de que la estrella portuguesa dejara el Madrid para ir a la Juventus: "Fue agradable jugar contra Cristiano, aunque fue difícil, disfruté ganar copas cuando él estaba en el Madrid. Sería agradable si todavía estuviera allí".

Por su parte, el luso también tuvo muchas cosas buenas que decir sobre su rival, rogando a los fanáticos que simplemente respeten lo que ambos lograron en lugar de elegir bandos.

"Si te gusta Cristiano, no tienes que odiar a Messi", dijo en 2023. "Los dos cambiamos la historia del fútbol y somos respetados. ¿Rivalidad? No veo las cosas así. No digo que seamos amigos, pero nos respetamos mutuamente".

Tal vez, algún día, después de que todo esto termine, esa amistad florecerá, pero incluso si no lo hace, los dos siempre estarán unidos en cierto grado.

"Hemos compartido el escenario durante 15 años", dijo Ronaldo en 2022. "No sé si eso ha sucedido antes, los mismos dos tipos en el máximo nivel todo el tiempo. Por supuesto, tenemos una buena relación. Aún no hemos cenado juntos, pero espero que suceda en el futuro. Tuvimos esa batalla en España, yo lo impulsé y él también me impulsó a mí. Así que es bueno ser parte de la historia del fútbol".

Queda por ver cuándo, si es que esa cena que Ronaldo mencionó alguna vez sucede. Pero incluso si nunca comparten la cancha de nuevo, sus nombres estarán entrelazados.

No habría Messi sin Ronaldo y no habría Ronaldo sin Messi. Se empujaron mutuamente, se inspiraron mutuamente y se obligaron mutuamente a ser mejores. No hubo descanso ni retroceso. Ambos fueron constantes en la forma en que abordaron el juego a lo largo de su rivalidad de una década.

Más enfrentamientos vendrán en este deporte. Es inevitable. ¿Quizás Erling Haaland y Kylian Mbappé se desafíen mutuamente durante toda su carrera? ¿Tal vez hay algunos niños en Rosario o Madeira o en cualquier otro lugar del planeta que se estén preparando para algo especial? Nunca se sabe de dónde vendrán los próximos grandes.

Eso sí, tendrán que ser algo grandioso para estar a la altura de Leo y CR7. Se necesitarán combinar las estadísticas de varios jugadores sólo para igualar la cifra goleadora de uno solo de los dos. Ni hablar de la de ambos combinada. Sus nombres están grabados tan profundamente en los libros de récords que será casi imposible sacarlos.

Así que sólo queda disfrutarlos mientras se pueda. Los dos definieron una generación, una era... Incluso un deporte. Y ese deporte se sentirá un poco más vacío sin ellos cuando se vayan.

Todas las cosas llegan a su fin, pero qué afortunados fuimos todos los que tuvimos la suerte de disfrutar a Lionel Messi y Cristiano Ronaldo durante tanto tiempo.