El legado de Uli Hoeneß y las auténticas jerarquías en los grandes clubes de Europa

Independientemente de todo, Hoeneß —interrumpido únicamente por su condena de prisión entre 2014 y 2016— siempre ha sido el hombre más poderoso del FC Bayern. Y siguió siéndolo incluso tras su supuesto retiro de las operaciones del club en 2019. En teoría, desde entonces ocupa solo un cargo honorario como presidente representativo y forma parte del consejo de supervisión de nueve miembros. En la práctica, el patrón de 73 años sigue marcando el rumbo.

Es la voz más escuchada y citada del club. Impulsa grandes transferencias: este verano, por ejemplo, lideró los intentos —fallidos— de fichar a Nick Woltemade y Florian Wirtz. A través del consejo de supervisión, puede bloquear operaciones costosas y renovaciones de contratos, como sucedió recientemente con Joshua Kimmich y Alphonso Davies. Además, sus declaraciones a los dirigentes son determinantes: a mediados de agosto aseguró que solo se permitiría un préstamo, que terminó siendo Nicolas Jackson.

Al final, él también influye sobre el destino de los propios directivos: el presidente Herbert Hainer, el director ejecutivo Jan-Christian Dreesen, y los directores deportivos Max Eberl y Christoph Freund. Hoeneß parece no estar completamente satisfecho con este cuarteto; sus recientes declaraciones, que subrayan su autoridad, lo dejan claro: “En el momento en que tengamos a las personas correctas en el puesto correcto, nos retiraremos, Karl-Heinz y yo”. Karl-Heinz Rummenigge, antiguo director ejecutivo, ahora también actúa como miembro del consejo de supervisión.

Esta estructura de poder es absolutamente única en el fútbol de élite europeo, como revela un recorrido por los principales clubes del continente.

El hombre más poderoso del Real Madrid es Florentino Pérez, quien ocupa el cargo desde el año 2000 —con una breve interrupción entre 2006 y 2009—. Como es habitual en los clubes de socios en España, debe presentarse a elecciones cada cuatro años, siempre que existan candidatos opositores. A principios de 2025, el empresario de la construcción de 78 años fue confirmado por cuarta vez consecutiva en el cargo, sin enfrentar competencia.

Junto con el director general José Ángel Sánchez, en el puesto desde 2009, Pérez marca la dirección deportiva del club. Se destaca especialmente en los fichajes galácticos: en su momento, David Beckham o Zinedine Zidane; hoy, Kylian Mbappé o Jude Bellingham.

El rival de larga data de Pérez es Joan Laporta, presidente del FC Barcelona. El empresario de 63 años ocupó el cargo por primera vez entre 2003 y 2010 y volvió a asumirlo en 2021. Al igual que Pérez, Laporta toma decisiones de gran calado y su estilo en relaciones públicas es similar: suele pronunciarse solo sobre asuntos importantes, pero con contundencia.

En el Barça, además del entrenador Hansi Flick, el director deportivo Deco también realiza declaraciones diarias. El exfutbolista ha ganado en los últimos años un poder considerable en la planificación del plantel.

A diferencia del Real Madrid y el Barcelona, el Atlético de Madrid no es un club de socios, sino una sociedad anónima. Desde 1993, Miguel Ángel Gil Marín ejerce el poder como presidente ejecutivo y accionista mayoritario. Cuando asumió el cargo, tenía apenas 30 años, y su llegada se vio facilitada por el nepotismo: es hijo del legendario presidente de entonces, Jesús Gil y Gil.

En el día a día, los portavoces más importantes del club son el sucesor de Gil y Gil en la presidencia, Enrique Cerezo, y, sobre todo, el entrenador Diego Simeone. Su mandato ha sido una historia de éxito, por lo que las palabras de Simeone tienen un gran peso, tanto públicamente como en la planificación interna del plantel. Con la salida del director deportivo Andrea Berta al Arsenal, el Atlético perdió una figura clave durante el verano.

En el Paris Saint-Germain, todos los hilos del club pasan por Nasser Al-Khelaifi. Desde la adquisición por Catar en 2011, el empresario de 51 años ha tenido el control absoluto del PSG. Incluso en el primer título de la Liga de Campeones en mayo, llegó a levantar el trofeo antes que algunos jugadores. Como presidente, Al-Khelaifi supervisa la planificación del equipo y las relaciones públicas, y a menudo se pronuncia inmediatamente después de los partidos, siendo más escuchado que el entrenador Luis Enrique o el asesor deportivo Luis Campos.

Al-Khelaifi no solo es la figura más poderosa del PSG, sino probablemente una de las más influyentes en todo el fútbol europeo. Es miembro del comité ejecutivo de la UEFA, presidente de la Asociación de Clubes (ECA) y director del grupo beIN Media, propietario de los derechos de transmisión de la Liga de Campeones en numerosos países.

Durante años, el hombre más poderoso de la Juventus de Turín fue el presidente Andrea Agnelli, antes de dimitir en 2022 tras el fiasco de la Superliga, la crítica situación financiera del club y las investigaciones de la fiscalía por presunta falsificación de balances. Aunque el nombre Agnelli desapareció de la cúpula, el poder sigue en manos de la famosa familia empresarial: el principal accionista es la sociedad de inversiones Exor, y la figura clave es el presidente John Elkann, primo de Andrea Agnelli.

Sin embargo, Elkann se mantiene en gran medida al margen de las operaciones diarias. La dirección deportiva recae principalmente en el director general Damien Comolli, quien también se pronuncia públicamente de forma regular, al igual que los directores François Modesto y Giorgio Chiellini.

En Italia, no solo los entrenadores rotan con frecuencia entre clubes de élite, sino que también lo hacen algunos directivos. Tras muchos años en la Juventus, Giuseppe Marotta se trasladó en 2018 al Inter de Milán. Desde entonces es consejero delegado y, desde 2024, también presidente.

Como la figura más poderosa del club, Marotta trabaja estrechamente con el vicepresidente Javier Zanetti y el director deportivo Piero Ausilio, ambos también visibles en público. Sin embargo, la cantidad de dinero que el club puede gastar se decide en segundo plano por la firma de inversión estadounidense Oaktree Capital Management.

El rival local del Inter, el AC Milán, también está en manos estadounidenses, ya que la mayoría de sus acciones pertenece a RedBird Capital Partners. Su fundador, Gerry Cardinale, dirige la estrategia del club junto al poderoso presidente Giorgio Furlani, quien, a diferencia de Cardinale, concede entrevistas regularmente.

Furlani se encarga de la planificación deportiva junto con el director deportivo Igli Tare, el director técnico Geoffrey Moncada y el asesor Zlatan Ibrahimovic. La leyenda del club, por cierto, también es accionista del club sueco Hammarby IF.

Lo que Uli Hoeneß es para el FC Bayern, Aurelio De Laurentiis lo es para el SSC Nápoles: el patrón omnipresente, deslumbrante y elocuente. La diferencia es que De Laurentiis también es propietario del club, lo que lo hace, en cierto modo, aún más intocable de lo que Hoeneß jamás fue en Múnich.

Desde 2004, el productor de cine, hoy de 76 años, dirige los destinos de Nápoles y recientemente ha logrado dos títulos de liga. Un colaborador de confianza de De Laurentiis es el presidente del consejo de administración, Andrea Chiavelli, encargado de las finanzas. Desde 2024, el director deportivo Giovanni Manna se ocupa de la planificación del equipo, aunque en este ámbito el entrenador Antonio Conte también tiene voz y voto.

La figura clave del FC Liverpool es John W. Henry, de 75 años, del holding estadounidense Fenway Sports Group, propietario del club desde 2010. Su socio más importante en Fenway, Tom Werner, actúa como presidente. La planificación del equipo está a cargo de los dos directores generales, Billy Hogan y Michael Edwards. Además del exitoso entrenador Jürgen Klopp, Edwards ha sido considerado uno de los principales responsables del reciente resurgimiento del club, al menos en términos estratégicos.

Edwards se mantiene, al igual que los otros directivos, completamente en segundo plano: no concede entrevistas y apenas existen fotos públicas de él. Tras muchos años como director deportivo, dejó Liverpool en 2022, pero regresó en 2024 por decisión de Fenway, asumiendo un cargo creado especialmente para él como director deportivo ejecutivo. Mientras Klopp durante mucho tiempo fue el portavoz perfecto del club, ahora esta función recae en su sucesor, Arne Slot. En general, en la mayoría de los clubes ingleses, solo los entrenadores se expresan públicamente.

Al igual que en el campo, la situación del Manchester United también es complicada dentro del club. La controvertida familia Glazer sigue siendo la mayor accionista, pero en el ámbito deportivo el control lo ejerce INEOS a través del nuevo copropietario Sir Jim Ratcliffe. Él decide sobre grandes transferencias y también planea la construcción de un nuevo estadio.

Lo que conecta a Ratcliffe con los Glazer es que también se ha vuelto impopular entre muchos aficionados, no solo por sus estrictas medidas de recorte en distintas áreas, sino también por el continuo fracaso deportivo y el desgaste de entrenadores y directivos. El director deportivo Dan Ashworth dejó el club a finales de 2024 tras menos de medio año en el cargo, y su sucesor, Jason Wilcox, apenas aparece en público, a diferencia de Ratcliffe.

Lo que Nasser Al-Khelaifi es para el PSG controlado por Catar, lo es el jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan para el Manchester City de Abu Dabi: el representante de los ricos patrocinadores y, por ende, el decisor todopoderoso. Sin embargo, existen grandes diferencias: a diferencia de Al-Khelaifi, Mansour forma parte de la familia gobernante de su país e incluso es vicepresidente de los Emiratos Árabes Unidos. Además, se mantiene completamente en segundo plano en el City; desde la adquisición en 2008, sus visitas al Etihad Stadium se pueden contar con los dedos de una mano y no concede entrevistas.

El negocio diario del City no lo dirigen jeques, sino directivos españoles. Al frente está el veterano director ejecutivo Ferran Soriano, quien además lidera el grupo propietario multi-club City Football Group, con sucursales en todo el mundo. Junto con el entrenador Pep Guardiola y el director deportivo Txiki Begiristain, Soriano fue clave en el ascenso del City al mejor club de Inglaterra. Este verano, Begiristain dejó el club, y su sucesor es el portugués Hugo Viana. Tanto Soriano como Viana se mantienen en segundo plano; la cara pública del club sigue siendo Guardiola.

Roman Abramovich convirtió al Chelsea en un club de peso internacional antes de verse obligado a venderlo en 2022 tras el ataque ruso a Ucrania. La oferta ganadora provino de un consorcio internacional liderado por Todd Boehly. Inicialmente, Boehly fue la cara visible del proyecto, pero recientemente ha pasado a un segundo plano, y existen rumores de que podría vender sus participaciones pronto.

Mientras tanto, Behdad Eghbali ha ganado protagonismo como copropietario. Además de estos dos líderes, un cuarteto gestiona los fichajes: los directores deportivos Paul Winstanley y Laurence Stewart, y los directores de fútbol profesional Joe Shields y Sam Jewell. Sin embargo, todos ellos aparecen muy poco en público, y la mayoría de las decisiones actuales recaen prácticamente solo en el entrenador Enzo Maresca.

En el Arsenal no se mueve nada sin la aprobación del propietario Stan Kroenke, quien desde 2018 tiene el control total del club. Este multimillonario estadounidense de 78 años también posee, a través de su holding, a los LA Rams de la NFL y a los Denver Nuggets de la NBA.

Desde principios de año, el director deportivo es Andrea Berta, quien anteriormente desempeñó el mismo cargo durante muchos años en el Atlético de Madrid. Berta sucedió al sorprendente Edu, quien junto con el entrenador Mikel Arteta ha logrado devolver al Arsenal a la élite del fútbol inglés.

Después de 24 años, Daniel Levy terminó de manera inesperada a principios de septiembre su labor como presidente del Tottenham Hotspur. Levy había sido en su momento un estrecho colaborador del propietario de los Spurs, Joe Lewis, de 88 años, de la firma de inversión ENIC, aunque recientemente se rumorea que surgieron desacuerdos entre ambos.

Levy se ganó la reputación de ser uno de los negociadores más duros del fútbol mundial, algo que el FC Bayern pudo comprobar durante el traspaso de Harry Kane. Tras su salida, queda un vacío de poder que deberán cubrir dos personas: Peter Charrington, colaborador de confianza de Lewis sin experiencia deportiva, y Vinai Venkatesham, quien trabajó previamente para el rival de la ciudad, el Arsenal. En el área deportiva contarán con el apoyo de dos daneses: el director Johan Lange y el nuevo entrenador Thomas Frank.