La urgencia expresiva de Florian Wirtz, la luz deslumbrante del Bayer Leverkusen: el 'pequeño Diablo' está listo para conquistar Europa

En el diseño táctico del entrenador vasco, Wirtz es la cuota de imprevisibilidad, la variante capaz de aportar el desequilibrio y romper el ritmo dictado por la posesión del balón: con sus movimientos entre líneas, con y sin balón, Flo logra sistemáticamente crear algo inesperado, mágico, iluminador. A veces, simplemente optando por la jugada más sencilla, más lineal, pero siempre con un tiempo de juego común solo a auténticos visionarios del fútbol. Como Messi, con quien Xabi Alonso justamente se ha animado a comparar a Wirtz precisamente por su capacidad de elegir siempre "no la jugada más increíble, sino la mejor, la más inteligente". Simple, pero nunca banal.

Pero en su continuo crecimiento y evolución, el 10 del Leverkusen recuerda cada vez más a otro crack, un 'pequeño Diablo', o kleine Teufel, para decirlo en alemán: Antoine Griezmann. Unidos por la sensibilidad técnica, características físicas, visión de juego. Al igual que Wirtz, el Petit Diable francés también se ha convertido en un jugador completo, especialmente cuando viste la camiseta de los Bleus.

No es casualidad que en septiembre del año pasado, antes del amistoso en Dortmund entre Alemania y Francia, el jugador del Atlético de Madrid elogiara a la perla alemana: "Me gusta mucho Wirtz, creo que es fantástica la forma en que juega".

11 goles y 12 asistencias en la Bundesliga y el hat-trick tras ingresar como suplente contra el Werder Bremen para dejar su firma de manera indeleble el día de la conquista matemática de la Bundesliga: Wirtz se destacó en los momentos decisivos, iluminando con su clase y destellos. Pero también en Europa fue evidente cómo la creatividad del número 10 es el ingrediente capaz de hacer del Leverkusen una mezcla explosiva: su actuación fenomenal en el triunfo 2-0 en Roma en la ida de las semifinales, en un papel atípico como falso nueve, y el peso de su ausencia durante los 81 minutos que pasó entre los suplentes en el partido de vuelta, han destacado aún más su papel indispensable para hacer realmente perfecta la máquina de Xabi Alonso.

La carrera por el Balón de Oro, en años en los que se disputan grandes eventos internacionales, siempre está fuertemente condicionada por el resultado de los torneos de selecciones nacionales. Hasta el momento, Vinicius Junior y Jude Bellingham, las figuras del Real Madrid campeón de España y de Champions League, están por encima de todos, pero el resultado de la Copa América y, sobre todo, de la Eurocopa, podría influir bastante en las decisiones de los jurados.

Es por eso que las casas de apuestas han comenzado a reducir significativamente las cuotas que pagaría la elección de Florian Wirtz: si logra un 'doblete' con el Leverkusen y lleva a Alemania a ganar la Eurocopa, su candidatura no sería tan improbable. Especialmente si, como parece, Nagelsmann decide centrar su selección en la pareja Wirtz-Musiala, en lugar de crear una dicotomía técnico-táctica.

Hasta el momento, la joya del Bayer Leverkusen es solo un mero aspirante al Balón de Oro, un underdog como dicen en inglés, pero el tiempo está de su lado para presentarse algún día como el gran favorito: no le falta talento ni determinación...

El futuro de Wirtz parece destinado a seguir en el BayArena, al menos durante la próxima temporada, según lo declarado recientemente por el CEO del Bayer Leverkusen Fernando Carro: "Cometí un error al decir que el precio por Florian es de 150 millones de euros, porque no hay ningún precio para él. Es intransferible".

Con contrato vigente hasta 2027, el joven de Pulheim ha despertado desde hace tiempo el interés de un Bayern Munich siempre atento para rapiñar talento de los demás clubes alemanes y también del Liverpool. Incluso, hay versiones que indican que el Real Madrid que ya habría comenzado a mover los hilos para planificar el asalto en el verano de 2025, en lo que podría convertirse en el traspaso más caro de la historia de la Bundesliga.

Por ahora, sin embargo, lo disfruta Xabi Alonso. Y quién sabe hasta dónde llegará.