La noche de redención del Matador: Cavani tuvo ovación en La Bombonera, primer hattrick en Boca y el apoyo de Riquelme

Es indudable que Edinson Cavani, aún a sus 37 años, sigue siendo un delantero de una enorme jerarquía, al punto de mantenerse entre los 10 máximos goleadores del mundo en actividad. Al mismo tiempo, nadie puede discutir que su adaptación al fútbol argentino no fue fácil y se dudaba si podría mostrar en algún momento todo lo que se esperaba cuando fue anunciado como nuevo jugador de Boca.

Finalmente, esa noche llegó el 3 de marzo: el Matador se destapó, cortó la sequía que llevaba casi cinco meses y en un puñado de minutos encabezó el triunfo del Xeneize con un triplete que no convertía desde que jugaba para PSG en enero del 2019.

A modo de spoiler, cuando salió al calentamiento previo y luego, cuando lo anunció la voz del estadio, La Bombonera estalló en un grito: "Los goles de Cavani que ya van a venir", acompañado del "Uruguayo Uruguayo". Pese a las flojas actuaciones recientes y no gravitar en el Superclásico, los hinchas mantenían viva la llama de la ilusión.

Casi se apaga cuando Losada, con la cara, le tapaba un cabezazo con destino de red y parecía que la maldición continuaba. Pero la historia se dio vuelta en el segundo tiempo.

Apenas Nazareno Arasa marcó el penal para Boca, Edi no dudó: agarró la pelota, pidió ejecutar el disparo y venció al arquero de Belgrano. El desahogo personal se cruzó con la urgencia de conseguir la victoria y fue por más.

10 minutos más tarde, partió en la misma línea que el defensor, aprovechó el pase al vacío de Blanco y la tocó con la suavidad con la que definen los verdaderos talentosos. La revisión del VAR por posible offside solo logró sumarle nervios y más épica.

Pero faltaba más y en el minuto 79 estaba donde se ubican los goleadores: en el punto del penal, para recibir el centro corto de Langoni y rematar a un toque. Apenas habían pasado 18 minutos desde el primer grito y el Xeneize se sacaba de encima un partido complejo de la mano del Matador.

Minuto 86. Diego Martínez decide sacar a Cavani y La Bombonera se viene abajo para apoyarlo. La ovación llena de esperanza de la previa se transforma en satisfacción por la tarea cumplida. Desde el palco, Juan Román Riquelme infla el pecho.

Con la pelota bajo el brazo, la que se llevan los que convierten un hattrick, el de Salto habló para la transmisión oficial. Agradeció a su familia por apoyarlo siempre, destacó a sus compañeros y destacó a una persona en particular: "Riquelme siempre me da confianza. No hace ni un mes ni dos ni cinco meses que me trató de convencer para venir, fueron dos o tres años. Era cuestión de confianza que quería que viniera, estoy feliz que nos vaya bien, nos merecemos que nos vaya bien".

La Bombonera estaba casi vacía ya. Pero el movimiento continuaba en dos palcos. Uno, el de sus allegados. El otro, el del presidente, que se asomó para aplaudir al 10, que devolvió con un gesto de tarea cumplida. La primera desde que viste la azul y oro. Y, sin esta mochila de no poder hacer lo que mejor sabe, difícilmente sea la última.