¿La Maldición del Gato es real? Todo lo que le sucedió a la selección de Brasil desde el incidente felino en Qatar 2022

La temprana salida del Mundial de 2022 fue muy dolorosa para el aficionado brasileño. Y por varias razones. Primero, porque nadie esperaba que la selección brasileña caería en cuartos de final. Segundo, nadie esperaba que la eliminación llegaría ante Croacia, un equipo lleno de buenos jugadores, con Luka Modric a la cabeza, pero todos de avanzada edad y con un vigor físico muy por debajo en comparación al de la Verdeamarela. Y tercero, nadie imaginaba que la historia llegaría a los penaltis después de haberse puesto en ventaja en la prórroga, y menos por un gol de un futbolista que actuaba en el fútbol croata, Bruno Petkovic del Dinamo de Zagreb.

Era el primer partido de Brasil después del incidente con el gato. La Maldición había nacido.

Entonces comienza una reconstrucción en la CBF. Tite se va y entra Ramon Menezes, hasta entonces entrenador de la selección Sub-20. Y todo esto, hay que recordar, en medio de fuertes especulaciones de que la CBF ya tendría un acuerdo firmado con el técnico del Real Madrid, Carlo Ancelotti, para 2024.

Mucha gente levantó la ceja ante la elección. Y esas dudas que flotaban en el aire fueron, de cierta manera, respondidas: en los tres partidos amistosos que tuvo al mando de la selección brasileña, Ramon sufrió dos derrotas (contra Marruecos por 2 a 1 y frente a Senegal, por 4 a 2) y consiguió una única victoria, sobre Guinea por 4 a 1.

Durante su ciclo, Tite había tardado 26 partidos en sumar dos caídas. Menezes sólo necesitó tres para igualar la marca negativa. Y tan fugazmente como había sido designado, fue corrido del cargo.

Sin Ramon en el escenario, los directivos vieron la oportunidad para finalmente anunciar el acuerdo con Ancelotti. Era oficial: el entrenador del Real Madrid tenía todo arreglado para llegar a Río de Janeiro en 2024. Pero eso sólo se decía en Brasil; Ancelotti nunca dio certezas públicas cuando se le preguntaba sobre los rumores de su acuerdo con el Scratch. En este escenario, Fernando Diniz fue anunciado como entrenador interino sin dejar su cargo en el Fluminense, con la comprensión implícita de que 'prepararía el terreno' para la llegada del italiano.

Y el comienzo fue bueno, con victorias en los primeros partidos de las Eliminatorias para el Mundial de 2026, 5-1 sobre Bolivia y 1-0 contra Perú. Sin embargo, las conclusiones de tales triunfos aún no eran consensuadas: mientras que algunos ya habían 'olvidado' a Ancelotti, también había quienes sostenían que aún quedaban desafíos más grandes por delante.

Y, con el paso del tiempo, parece que el segundo grupo tenía razón.

Los triunfos consecutivos en el debut pronto fueron eclipsados por derrotas históricas. El 17 de octubre, Brasil tenía una difícil visita a Uruguay en el Estadio Centenario, por la cuarta jornada del certamen clasificatorio a la Copa del Mundo 2026. Además del juego en sí, el resultado de 2-0 en favor de la Celeste sirvió como un duro golpe de realidad para la Verdeamarela, que enfrentaba su primer gran desafío desde la salida de Tite y lejos estuvo de superarlo. La derrota dejó dos marcas negativas muy significativas: el final de una racha invicta de 37 partidos en las Eliminatorias y la primera caída contra el equipo rioplatense en 22 años.

Y la situación empeoró. Brasil se enfrentó a Colombia, también fuera de casa, y aunque logró ponerse en ventaja, no pudo contener a Luis Díaz, James Rodríguez y compañía, quienes dieron la vuelta al partido e impusieron una segunda derrota consecutiva para Brasil en las Eliminatorias, algo que nunca antes había ocurrido.

Las derrotas en Montevideo y en Barranquilla quizás no hayan sido los mayores problemas para Diniz y compañía. En Uruguay, Neymar se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y también fue diagnosticado con un problema en el menisco, durante el primer tiempo. El astro fue sometido a cirugía y quedó fuera de combate por, al menos, seis meses.

Además, la Canarinha sufrió otra dura baja. En el partido contra Colombia, Vinicius Júnior sintió un tirón antes de la primera media hora de juego y tuvo que ser sustituido. El delantero regresó a España para ser evaluado por el equipo médico del Real Madrid, que confirmó una ruptura del bíceps femoral de la pierna izquierda.

La primera derrota de Brasil en casa en las Eliminatorias estuvo marcada por una violenta reacción policial contra el público visitante presente en el estadio. El partido se inició con retraso debido a la situación, ocurrida en el Sector Sur de las gradas del Maracaná, donde se concentraba la afición argentina, que fue atacada con virulencia por los aficionados locales y por la Policía Militar. En el lugar había familias y muchos niños, que se desesperaron con la situación.

Con el balón en juego, los primeros 45 minutos estuvieron marcados por diversas interrupciones por faltas y solo un disparo de Brasil a gol. El dueño de casa recibió tres tarjetas amarillas en la primera mitad pero, a pesar de la intensidad, la selección de Fernando Diniz no logró incomodar a Argentina.

En la segunda mitad, la Verdeamarela comenzó con un ritmo fuerte, pero no fue suficiente para abrir el marcador con un disparo de Raphinha. A los 18 minutos, Argentina se puso en ventaja con un gol de Otamendi y no tuvo problemas para sostener su ventaja, especialmente luego de que Joelinton se fuera expulsado por una agresión.

Y así, en su último partido de 2023, Brasil perdió por segunda ocasión consecutiva en casa contra su máximo rival y sufrió su primera derrota como local en toda la historia de las Eliminatorias Sudamericanas.

El entonces presidente de la CBF, Ednaldo Rodrigues, anunció que tenía un acuerdo para que Carlo Ancelotti asumiera al frente de la selección brasileña en julio de 2024. Sin embargo, el 7 de diciembre de 2023 el directivo fue apartado de su cargo por el Tribunal de Justicia de Río de Janeiro debido a irregularidades en las elecciones realizadas por la CBF en 2022, según alegó el Ministerio Público.

Como si eso no fuera suficiente para que el acuerdo prácticamente se cayera, el entrenador italiano renovó su contrato con el Real Madrid hasta junio de 2026 y quedó descartada cualquier posibilidad de asumir el mando de la selección.

Abortado el experimento Diniz y sin Ancelotti en el horizonte, Dorival Júnior asumió al frente de la selección brasileña en febrero y tuvo dos amistosos internacionales al mes siguiente, donde incluyó por primera vez en la convocatoria al delantero Endrick. El Scratch venció a Inglaterra en Wembley y empató con España en el Santiago Bernabéu. Parecía que todo iba bien. Sin embargo, en los amistosos preparatorios para la Copa América, el equipo tuvo dificultades para vencer a México, que días antes había sido vapuleado por Uruguay, y también empató con Estados Unidos, que venía de ser goleado por Colombia.

Los días pasaron y Dorival Júnior cerró su grupo para la Copa América, con 26 nombres. El torneo comenzó con un golpe de realidad: un empate sin goles contra Costa Rica. En la segunda jornada llegó el alivio con la goleada 4-1 sobre un flojísimo Paraguay. Y entonces, el primer gran desafío: Brasil necesitaba vencer a Colombia para quedarse con el primer lugar del grupo y tener un rival más fácil en los cuartos de final. Sin embargo, Dorival eligió no arriesgar y nunca mandó al equipo al ataque, a pesar de que una derrota no afectaba la posición de la Verdeamarela en el grupo. El partido acabó en empate, Brasil quedó emparejado con Uruguay en el primer mata-mata y el entrenador se volvió blanco de las críticas por su escasa osadía.
Y así, Brasil fue a Las Vegas a enfrentar a la Celeste, que venía de ganar sus tres partidos en la fase de grupos. El tiempo reglamentario terminó en un empate sin goles y casi sin ocasiones, a pesar de que el equipo de Marcelo Bielsa estuvo con un jugador menos durante 20 minutos. En los penaltis, Militão falló ante Rochet y Douglas Luiz estrelló el balón en el poste. Resultado: Brasil eliminado de la Copa América en cuartos de final.

A pesar de estar en el inicio de su ciclo, Dorival Júnior quedó en el ojo de la tormenta y sabe que no podrá fallar en los futuros partidos. Tal vez la solución no esté en el regreso de Neymar o en la aparición de una nueva estrella, sino que alcance con un desagravio felino.