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Mbappe & PSG divorce turning sourGetty

¿La cabeza de Mbappé ya está en el Real Madrid? El nivel de la estrella de PSG está en baja y Luis Enrique hace bien en reemplazarlo

Había solo cuatro aficionados del Paris Saint-Germain sosteniendo la pancarta, pero su mensaje era claro. El cuarteto de ultras se paró frente al ladrillo industrial del Parque de los Príncipes el domingo, mostrando con orgullo un trozo de tela con el texto "KM: Vivement LE 30/06". Traducción: "KM, esperamos con ansias el 30/06".

Y así ha comenzado otro giro en la historia de Kylian Mbappé. Tal vez se trate del amargo comienzo de un último capítulo turbulento, después de revelar su intención de dejar el club al final de la temporada. El jugador, por su parte, ha insistido en que hará todo lo posible por ganar trofeos antes de su partida y siempre ha manifestado su deseo de luchar en todos los frentes mientras aún esté vestido con la camiseta Air Jordan del PSG.

Esa buena voluntad podría no ser mutua, sin embargo. Desde que quedó claro que Mbappé no será parte de la plantilla parisina la próxima temporada, su relación tanto con el entrenador Luis Enrique como con una parte de la afición del club ha empeorado. El hombre de la marquesina ya no es el niño mimado.
Y en esta situación, después de años de haber sido el eje sobre el que giraba todo el proyecto deportivo del club, el goleador debería saber más que nadie que la crueldad está arraigada en el PSG. Ahora, irónicamente, está sufriendo las consecuencias de un entorno que él ayudó a cultivar. Luis Enrique, el autoritario implacable, tiene todo el derecho de sentar en el banquillo o hasta apartar de la alineación a un futbolista que, por bueno que sea, no estará más en el equipo dentro de menos de cuatro meses.

  • 20240218_Mbappe(C)Getty images

    La confirmación de lo inevitable

    Al principio, todo parecía bastante civilizado. La noticia de la inminente partida de Mbappé surgió discretamente, durante un jueves donde nada más importante ocupaba las portadas de los sitios de noticias deportivas. No hubo nada malicioso en cuanto al momento.

    Incluso, parecía haber una aceptación de la situación por parte de todos los involucrados. Mbappé se comportó con normalidad en las redes sociales y en entrevistas. Nasser Al-Khelaifi no parecía feliz (¿cómo podría estarlo?) pero tampoco se mostraba desesperado. Luis Enrique, característicamente, respondió bruscamente a una o dos preguntas, pero eso no fue nada fuera de lo común. No hubo abucheos de los ultras parisinos, ni se hicieron comentarios insultantes en internet. Incluso los compañeros de equipo del francés resistieron la tentación de expresar cualquier resentimiento.

    Las primeras impresiones fueron buenas. Su partida era inevitable y todos parecían saberlo de antemano.

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  • Kylian Mbappe Goncalo Ramos PSG 2023-24Getty Images

    Mbappé, al banquillo

    Los buenos tiempos solo duraron alrededor de 48 horas. El 17 de febrero, justo dos días después de que se confirmara su futura salida, Mbappé empezó en el banquillo en la victoria 2-0 del PSG sobre Nantes. La línea oficial del club fue que necesitaba un día libre después de jugar los 90 minutos en el duro partido de ida de la Champions League contra la Real Sociedad.

    Pero, hasta ese momento, el delantero sólo había fallado en comenzar en un partido anterior con el PSG en toda la temporada, cuando jugó apenas 40 minutos contra Toulouse después de volver al equipo tras un verano turbulento. En ese entonces, Mbappé estaba tratando de ganarse de nuevo el favor de Luis Enrique después de intentar forzar su traslado a Madrid un año antes de lo planeado por el club. No pudo jugar todo el partido, en gran parte porque no estaba en plena forma física después de haberse perdido parte de la pretemporada.

    En ese entonces, lo ocurrido se sintió más como un aviso. Mbappé entró y anotó desde el punto penalti y selló una victoria trabajada para el todopoderoso equipo capitalino. Desde entonces, estuvo desde el inicio en los dos partidos siguientes, pero duró poco más de una hora contra Rennes, mientras que contra Mónaco el viernes, fue reemplazado en el descanso. Mbappé reaccionó optando por no sentarse en el banquillo con el resto de sus compañeros de equipo para la segunda mitad. En su lugar, subió a las gradas del Stade Louis II y disfrutó del resto del juego junto a su madre, Fayza Lamari, tomándose algunos selfies en su camino.

    Todo parecía tranquilo, pero el mensaje estaba claro: Mbappé claramente ya no es intocable.

  • Kylian Mbappe Paris Saint-Germain 2023-24Getty

    Actuaciones preocupantes

    Mbappé puede sentirse perjudicado aquí y tiene todo el derecho de hacerlo. A ningún atleta de alto nivel le gusta estar en el banquillo. Sin embargo, flota en el aire una extraña sensación de que el delantero no ha estado en su mejor nivel últimamente. Solo ha marcado una vez en sus últimas tres presentaciones, a través de un penalti contra el Nantes en un partido que PSG ya estaba ganando.

    Su actuación más reciente contra Mónaco, en particular, fue preocupante. En 45 minutos, la principal estrella de la Ligue 1 sólo logró 29 toques, completó un regate y realizó un disparo, que salió desviado. Además, se lo vio poco comprometido y PSG rindió mucho mejor sin él después del descanso.

    Es cierto que puede haber sido una excepción. Mbappé sigue siendo uno de los mejores del mundo, lleva 31 goles y siete asistencias para los parisinos esta temporada y sólo Harry Kane y Lautaro Martínez han marcado más en competiciones domésticas. Si esta fuera una temporada normal, y si jugara cada minuto, el francés podría llegar cómodamente a las 50 dianas.

    Por lo tanto, este puede ser solo un tropiezo. De hecho, en la mayoría de las circunstancias, Mbappé es demasiado bueno como para estar en el banquillo. Pero esta es una de las raras ocasiones en las que está bien que deba sentarse.

  • Luis Enrique PSGGetty

    Luis Enrique no está para chorradas

    De alguna manera, Luis Enrique ha estado esperando esta oportunidad. Su nombramiento fue un golpe de suerte involuntario para los parisinos. No está claro qué tan lejos estaba en la lista larga de Al-Khelaifi para el cargo, pero ciertamente no era el hombre que originalmente querían. Se supone que el español es demasiado testarudo para un club como el PSG.

    Pero en los nueve meses desde su contratación, el entrenador ha ido cosechando cada vez más poder. Primero, mostró la puerta a Neymar. Luego, dejó marchar a Marco Verratti. Y cuando Mbappé quiso echarse un pulso sobre un potencial movimiento hacia Arabia Saudita, fue el francés -y no Luis Enrique- quien parpadeó primero.

    Es el tipo de desafío que el exseleccionador de España ha disfrutado públicamente en el pasado. No tuvo problemas para dejar ir a Xavi en el Barcelona, y mostró poca vacilación en desafiar tanto a Neymar como a Lionel Messi en el Camp Nou cuando fue necesario.

    La partida de Mbappé, entonces, es el cambio que ha estado buscando para implementar su visión en el club parisino. En el último verano estuvo a cargo de supervisar los 12 fichajes que llegaron al Parque de los Príncipes y presionó por la firma de una gran cantidad de jóvenes talentos emergentes. Y con Mbappé de camino a la puerta de salida, Luis Enrique comenzó a dar inicio a la era post-Galácticos del PSG: Bradley Barcola, Goncalo Ramos y Lee Kang-In han comenzado a recibir más minutos.

    El propio entrenador ya había insinuado el mes pasado el camino que vendría: "Tarde o temprano, tenemos que acostumbrarnos a jugar sin Mbappé. Es mi filosofía pensar en lo que es mejor para el equipo. No quiero discutir. Es mi decisión."

  • Mbappe Luis EnriqueGetty

    Pasando página

    Por más traumática que pueda ser la salida de Mbappé, Luis Enrique puede encontrar consuelo en la historia: no es raro en el fútbol que la partida de grandes nombres de un equipo pueda traer consigo una época de éxito sostenido.

    Pep Guardiola expulsó rápidamente a Ronaldinho del Barcelona y gradualmente armó una de las mejores unidades ofensivas que el deporte ha visto. La venta de Philippe Coutinho por parte de Jurgen Klopp permitió que el tridente de ataque del Liverpool brillara y, de paso, permitió financiar las compras de Alisson Becker y Virgil Van Dijk, una dupla que se convertiría en partes indispensables de su equipo campeón. Lo mismo puede decirse de Mikel Arteta, quien prácticamente rogaba una excusa para exiliar a Pierre-Emerick Aubameyang, un movimiento enfático que ayudó a que el Arsenal volviera a los primeros planos en Inglaterra luego de años lejos de la pelea.

    La próxima salida de Mbappé, entonces, puede ser vista de la misma manera. El entrenador ahora puede empezar a ajustar sus sistemas y descubrir los nombres que mejor se acoplan a su idea. Kylian, sin dudas, seguirá teniendo sus minutos, pero lo que resta de la temporada será terreno de pruebas para el entrenador, que no sólo se enfocará en cómo podrían sobrevivir los parisinos sin su gran estrella, sino que hasta podría descubrir cómo podrían ser incluso mejores.

  • 20240211 Kylian Mbappe(C)Getty Images

    El PSG no necesita a Mbappé para ganar la Ligue 1

    Aun así, a pesar de todo el drama -y eso que hay mucho- hay un sentido predominante de que el PSG no necesita necesariamente a Mbappé para ganar en Francia. Desde la llegada de los capitales qataríes, la Ligue 1 siempre ha sido algo así como una formalidad para los parisinos, que en las raras ocasiones en las que no ganó la liga fue más por sus propios fallos que por una vasta superioridad del campeón de turno.

    Algo así sucedió la temporada pasada, en la que el Saint-Germain estuvo cerca de ceder el título a un emocionante pero defectuoso equipo de Lens. Una campaña que dijo más sobre la disminución de talento en el equipo que comandaba Christophe Galtier que sobre la calidad del equipo de Franck Haise.

    Este año, sin embargo, todo volvió a la programación habitual: aunque los parisinos han tenido que conformarse con algunos empates frustrantes en las últimas semanas, todavía mantienen una ventaja de nueve puntos sobre el segundo clasificado, Brest. Luis Enrique, de hecho, ha utilizado la campaña liguera principalmente como un medio para experimentar: Carlos Soler ha jugador como defensor, Ousmane Dembelé llegó a aparecer como número 10 organizador y Achraf Hakimi ha sido ocasionalmente utilizado como lateral izquierdo.

    A pesar de las pruebas, el PSG es el equipo más goleador de la Ligue 1 y el tercero que menos concedió, ganó el clásico contra el Marsella, aplastó al Mónaco y sólo ha perdido una vez en toda la temporada. Esta no es una competencia en la que sea necesario que Mbappé participe, al menos no durante los 90 minutos completos cada semana.

  • Kylian Mbappe PSG 2023-24Getty

    La Champions League, la prioridad

    Pero ¿qué sucede cuando los compromisos se vuelven más importantes? Luis Enrique se negó a dar una respuesta clara sobre la disponibilidad de Mbappé antes del choque de la Champions League del martes con la Real Sociedad y afirmó que no manejará a su jugador estrella de manera diferente cuando se trate de los grandes partidos.

    PSG tiene una cómoda ventaja de 2-0 camino al segundo partido en San Sebastián, pero necesitará que Mbappé eleve su nivel en las próximas semanas para asegurarse de no pasar sobresaltos en Anoeta. Si las cosas se complican, nadie imagina al máximo goleador de la historia del club sentado en el banquillo.

    Si el PSG avanza, entonces la Champions League se convertirá en el centro de su universo en las últimas semanas de la temporada, por lo que darle a Mbappé tiempo libre en la Ligue 1 podría jugar a favor del interés colectivo. En años anteriores el equipo francés ha perdido jugadores muy importantes en partidos domésticos, que posteriormente los dejaron fuera de importantes cruces europeos de eliminación directa. Y Mbappé es la única esperanza del equipo de llegar hasta el final en 2024, por lo que protegerlo antes de los juegos entre semana no sería la peor decisión.

    Si eso sucede, entonces Luis Enrique necesita estar en la misma página que su jugador más famoso. La imagen de la ascensión de Mbappé a las gradas en Mónaco fue pobre y hay un riesgo real de que sus últimos meses en París se conviertan en un circo. Es cierto, el jugador también necesita elevar su nivel cuando está en el campo pero, al final del día, Luis Enrique es quien manda ahora, y el delantero debe alinearse detrás de su liderazgo. Al menos, por un par de meses más.