Las tropas de Julian Nagelsmann comenzaron la primera mitad como el equipo más dominante, pero se encontraron perdiendo, casi contra el curso del juego, cuando Sandro Tonali tardó apenas nueve minutos en romper el empate. Nicolo Barella inició la jugada al liberar a Matteo Politano por la banda derecha, quien retrocedió en el momento justo para Moise Kean. Sin embargo, Jonathan Tah la desvió, pero cayó perfectamente para un Tonali que venía en carrera, quien no cometió errores al enterrar el balón en la red.
A pesar de quedarse atrás, Alemania continuó dominando la posesión, pero fueron los anfitriones quienes se veían más amenazantes en ataque. Tonali continuó siendo el protagonista de la acción cuando probó a Oliver Baumann con otro tiro desafiante, pero el portero estuvo a la altura de la tarea. Un par de minutos después, Keane desató una volea en el poste cercano y el portero del Hoffenheim consiguió neutralizar el peligro para evitar que Italia consiguiera su segundo gol.
El equipo alemán carecía de imaginación en el ataque y Nagelsmann realizó dos cambios en el descanso para inyectar un nuevo impulso, con Tim Kleindienst y Nico Schlotterbeck siendo introducidos en el juego. Y con su primer toque, el delantero del Monchengladbach igualó el marcador después de superar a su marcador para cabecear un centro perfectamente medido de Kimmich. Con el empate en el marcador, el partido se convirtió en un ida y vuelta con ambos equipos dando todo para ponerse por delante. Italia fue negada dos veces por Baumann, con Keane y Raspadori sin poder superar al portero en rápida sucesión. Pero los visitantes hicieron pagar a Italia por su ineficacia, ya que el cabezazo desviado de Leon Goretzka tras un córner de Kimmich superó a Gianluigi Donnarumma para ayudar a su equipo a tomar una ligera ventaja de cara al segundo partido.