'Una sinfonía devastadora', dijo El País; 'España arrolló a Turquía', proclamó El Mundo; 'No es posible jugar mejor al fútbol que esto', fue la reacción de Marca;AS dijo que fue 'Como ver un videojuego'.
Contrasta el merecido elogio hacia La Roja con lo que ocurre con Inglaterra, a la que vencieron en la final de la Eurocopa hace poco más de un año. 'Sin alegría' fue el veredicto de The Times sobre la insípida victoria sobre Andorra; 'Rígida' fue la descripción de la BBC;The Guardian describió el triunfo 2-0 como un 'paso cansado'; 'Espantosa' fue la evaluación en The Telegraph.
La diferencia en los oponentes también fue notable. Aunque no son precisamente campeones del mundo, Turquía está clasificada en el puesto 27 del mundo y alcanzó los cuartos de final de la Eurocopa 2024. Andorra está clasificada en el puesto 174 del mundo y solo ha ganado siete partidos competitivos en su historia. Cabe añadir que España jugó en un ambiente hostil fuera de casa en Konya mientras que Inglaterra estuvo en casa, aunque no en Wembley sino en Villa Park.
La exhibición de España el domingo ha consolidado su estatus como favorita para ganar la Copa del Mundo 2026, y aunque Inglaterra todavía ocupa el tercer lugar en esa lista, hay un abismo entre los Tres Leones y el equipo de Luis de la Fuente, además de otros equipos a vencer como Francia, Argentina y Portugal. Eso no refleja bien en Thomas Tuchel, quien ha sido contratado a corto plazo y con gran gasto con una sola misión: llevar a Inglaterra a la gloria en julio próximo en el Estadio MetLife en Nueva Jersey.
Para ser justos con Tuchel, su equipo no ha tenido que elevar su nivel de juego en ninguno de sus cuatro partidos de clasificación al Mundial hasta ahora y él aún ha logrado un récord del 100 por ciento en juegos competitivos. Pero ahora viene la primera verdadera prueba de su temple, un intimidante partido contra Serbia en Belgrado, y su equipo debería estar a la altura del desafío.






