El hombre de 43 años dijo: “Después de la muerte de mi padre ya no tenía la cabeza para poder jugar en el Inter. Es un evento que me dolió mucho, elegí regresar a Brasil porque ya no tenía la cabeza, y, por lo tanto, habría dañado al equipo y a mis compañeros. Mi padre siempre hizo todo por mi familia y él se fue, me quedé y, como hombre, tenía que ayudar a mi familia porque me necesitaban.”
Hablando sobre cómo luchó contra la depresión, afirmó: “La gente no entiende lo que es la depresión, yo me veía igual que siempre para todos, pero no era así. Cada uno tiene su propia manera de manejar esta cosa, yo tenía la mía. Hice lo que sentía en mi corazón y en mi cabeza. No me importa lo que la gente piense, mis amigos y mi familia estuvieron conmigo en esta elección. Estoy muy cerca de Javier Zanetti e Iván Córdoba, en el Inter me recibieron como a un hermano, o como a un hijo. Marco Materazzi hizo lo mismo, siempre estuvo conmigo. Son personas que me dieron todo para intentar que no dejara el Inter. Incluso hoy, cuando los escucho, me da mucho gusto.”