El futuro de los Joaos en el Barcelona entra en etapa de definiciones: Cancelo se ganó el fichaje, pero Félix es otra historia

Desde la parte deportiva, la llegada de Cancelo ha sido sin dudas un beneficio mutuo: mientras que Xavi encontró con él soluciones y respuestas en los dos extremos de la defensa durante toda la temporada, el jugador logró recuperar el status de élite que se le había desdibujado.

Después de haber sido una pieza fundamental para Guardiola durante tres temporadas y media en el Manchester City, a mediados de la campaña pasada el portugués y el entrenador rompieron relaciones y Pep decidió casi de un día para el otro que el lateral saliera del club en el mercado de invierno. Pero de una ruptura tan intempestiva no podía esperarse nada bueno y el paso del futbolista por el Bayern Munich fue olvidable, con apenas seis partidos completos durante los seis meses que duró su estadía en Alemania. Así, el Barça no tuvo problemas para conseguir la cesión del jugador y asegurarse de que el City se hiciera cargo de una parte importante de su contrato.

El luso se acopló de inmediato al andamiaje blaugrana y, más allá de que muestra algunas falencias en la fase defensiva, ha sido un baluarte para el entrenador, quien primero lo utilizó como lateral por la derecha y luego de la lesión de Alex Balde lo corrió a la izquierda, donde fue incluso más útil para el equipo.

En total, lleva jugados el 80 por ciento de los minutos en LaLiga, donde suma dos goles y tres asistencias; es el jugador con más duelos ganados de la plantilla, con 145; está empatado en el segundo lugar con más grandes ocasiones creadas, con 9; y es el tercero con más chances creadas, con 29.

El trasfondo de la llegada de Félix al club blaugrana tiene varios puntos en común con el de su compatriota: enfrentado con el entrenador Diego Simeone, el extremo debió salir del Atlético de Madrid a mediados de la temporada 2022-23 luego de que su estadía en la plantilla colchonera se volviera insostenible. En su caso, la primera parte de la campaña lo había encontrado más sentado en el banquillo que dentro del campo y su destino fue un caotizado Chelsea, donde no había manera de que recuperase su mejor nivel. Así, al final del curso los Blues desistieron de contratarlo de manera definitiva y lo dejaron ir tras apenas 16 partidos en la Premier League.

Anulada cualquier posibilidad de que volviera a contar para el Cholo, que llegó a criticarle en público y a recordarle que "no hay nadie por encima del club", y sin deseo alguno de volver a vestir la camiseta rojiblanca, el luso presionó y consiguió que el Atleti lo cediera al Barcelona en el último día del mercado.

Sin embargo, a pesar de toda la alegría que mostró desde el primer día por estar en el club del que se dijo fanático "desde chico", el más joven de los Joaos no terminó de reencontrarse con su mejor ser en Cataluña: aunque es el máximo goleador del equipo en lo que va de la Champions League, con tres tantos, y tiene otros seis goles en LaLiga, Félix nunca logró ser un indiscutido en el once de Xavi y ha tenido muchos altibajos en su rendimiento.

Incluso el último domingo, al consumar su venganza contra el Atlético de Madrid en el Metropolitano, ni siquiera el gol que marcó sirvió para quitarse de encima la sensación de que podría haber dado algo más.

Más allá de los rendimientos individuales de cada uno y de la fuerza que hará el Barcelona para retenerlos, lo que está claro de antemano es que tanto Cancelo como Félix quieren seguir vistiendo de blaugrana en 2024-25. Así lo han hecho saber a la directiva y también lo han expresado públicamente en reiteradas ocasiones.

"Estoy encantado de estar en el Barcelona, es lo que siempre he querido. A pesar de que el club está con problemas financieros, es el club que siempre me ha gustado después del Benfica", declaró esta semana el lateral al medio público luso RTP. Y dejó sentado su deseo: "Me gustaría estar otros dos o tres años aquí y luego volver a Benfica".

El extremo, por su parte, ha rehuido un poco más a expresar su voluntad y justo en la previa del partido contra el Atleti aseguró que no piensa en su futuro "porque todo depende de cómo vaya hasta el final". Sin embargo, ya en diciembre había dejado una pista más que concreta: "Estoy disfrutando de todo, del fútbol, del club... Estoy contento acá y, si me quedo, muy bien porque mi familia está muy bien".

En el caso de Cancelo, la decisión está tomada: el club quiere que siga y hará todos los esfuerzos posibles para conseguirlos. Sin embargo, eso lejos está de significar que su continuidad está asegurada.

El lateral tiene contrato con el Manchester City hasta junio de 2027 y en el club inglés tienen dos cuestiones en claro: por un lado, saben que el jugador no volverá a vestir la camiseta sky blue, y, por el otro, no están dispuestos a volver a cederlo. Así, si el Barça lo quiere, tendrá que adquirir su ficha de manera definitiva. Y ahí es donde empiezan los problemas.

Por un lado, las buenas prestaciones de Joao durante la temporada le han revalorizado, lo cual significa que el City Group puede pedir más dinero por una venta y, también, que han aparecido nuevos interesados en contratarle: en las últimas semanas surgieron versiones sobre un firme interés desde Arabia Saudí y también de otros clubes de la Premier League.

En principio, según reportes, los Citizens pretenden unos 40 millones de euros por el futbolista, una cifra imposible de alcanzar para la que la flaca billetera blaugrana. Además, en Cataluña saben que no pueden competir en una guerra de ofertas, pero también tienen bien claro que el deseo del jugador podría ser un factor decisivo en la historia, por lo que la directiva ya puso nuevamente a funcionar su maquinaria de ideas financieras.

Así, por el momento lo más probable es que el Barcelona ponga sobre la mesa una propuesta de un nuevo préstamo, con opción de compra obligatoria al final de la próxima temporada. De dónde saldría el dinero para hacer frente a esa parte de la operatoria será problema del Barça del futuro.

La continuidad de Joao Félix, a esta altura, es una verdadera incógnita por múltiples razones. Si bien en el club querrían seguir contando con él, sus prestaciones deportivas no obligan a nadie a romperse la cabeza con los números que asegurarían su futuro de blaugrana: si se presenta una oportunidad buena para que siga, perfecto. Pero si eso no ocurre, hasta luego y muchas gracias por los servicios prestados.

Por lo pronto, el atacante tiene contrato con el Atlético de Madrid hasta junio de 2029 (firmó la extensión de dos años antes de acodar su cesión al Barcelona) y aunque en el Colchonero saben que es absolutamente imposible recuperar los casi 130 millones de euros que le pagaron al Benfica en 2019, pretenden al menos 70 para desprenderse de él de manera definitiva. Así, la compra de su ficha está descartada de plano para el Barcelona.

De esta manera, la única alternativa para que el extremo continúe de blaugrana sería a través de una nueva cesión. Pero en caso de que el club rojiblanco acepte la alternativa, esta vez seguramente exigirá que el Barça asuma si no la totalidad, la mayor parte del salario del jugador. Y no se trata de una cifra particularmente baja.

Una cuestión no menor a tener en cuenta en esta historia es que ambos Joaos están bajo la órbita de un mismo agente, el omnipotente Jorge Mendes. Y aunque las negociaciones por el futuro de ambos jugadores se darán de manera independiente y con clubes distintos, el agente puede ser un factor decisivo.

Desde el verano pasado Mendes sabe que el interés principal del Barcelona siempre estuvo sobre Cancelo. Y tras verlos a ambos vestidos de blaugrana, ese sentir se intensificó. Sin embargo, el apoderado sabe que no puede permitir que la cotización de Félix siga en descenso: una salida por la puerta de atrás del Barcelona podría ser un golpe definitivo a su carrera en los clubes de élite.

Por eso, el portugués podría utilizar una vez más el deseo de Deco y Laporta por Cancelo para jugar a favor del futuro de Félix.