Fue difícil señalar el momento exacto en que sucedió, pero todos en el estadio se dieron cuenta: Raúl Jiménez se sentía muy, muy seguro. Las señales estaban por todas partes. Comenzó con el asombroso gol de tiro libre del delantero de México en el minuto 22, que guió desde una distancia mucho más allá de su lugar habitual en el punto penal.
Eso fue seguido en el minuto 37 cuando intentó una chilena ambiciosa al final de un córner. Segundos después, fue agresivo nuevamente cuando tuvo el balón en los pies e intentó una rabona desde fuera del área. El momento definitorio podría haber llegado en el minuto 49, cuando se lanzó hacia el defensa central de Estados Unidos, Tim Ream, perdiendo el balón pero deslizándose para recuperarlo y asistiendo a César "Chino" Huerta para un segundo gol.
Todo apuntaba a la realidad de que Raúl se sentía a sí mismo el martes por la noche, y elevó al Tri a una victoria por 2-0 sobre el rival de la zona, que ha entregado algo que México no ha sentido durante mucho tiempo: Emoción.